Una onda de radio permite la transmisión inalámbrica de código morse.
El código morse es un sistema basado en el uso de puntos y rayas para la representación de los números y las letras. Se trata de un recurso que se utilizaba sobre todo décadas atrás, especialmente en la comunicación realizada a través del telégrafo.
Su nombre proviene del artista e inventor estadounidense Samuel Morse (1791–1872). Morse se asoció con Alfred Vail (1807–1859) para el desarrollo de un sistema de telegrafía que servía para la transmisión de mensajes apelando a pulsos eléctricos bajo un cifrado creado por él mismo.
El llamado telégrafo morse, en este marco, se basaba en un lápiz que trazaba líneas según el flujo eléctrico. La codificación de caracteres, en tanto, se realizó con la combinación de puntos, rayas y espacios para dar lugar al alfabeto morse.
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ResumenHistoria del código morse
La historia del código morse tiene sus orígenes a comienzos del siglo XX, cuando empezaron a desarrollarse sistemas de señalización eléctrica a partir del uso de diversas técnicas.
En 1820, el danés Hans Christian Ørsted (1777–1851) detectó el vínculo entre la electricidad y el magnetismo, descubriendo el electromagnetismo. Cinco años después, el inglés William Sturgeon (1783–1850) creó el primer electroimán. Así se sentaron las bases para la telegrafía electromagnética, con pulsos de corriente eléctrica que viajaban por cables hasta un receptor que disponía de un electroimán.
Para 1833, Morse ya había ideado un telégrafo eléctrico, que presentó dos años más tarde. En 1837, en tanto, postuló el primero de sus códigos destinados a la transmisión del lenguaje natural vía pulsos eléctricos y silencios.
Puede decirse que la aplicación del código morse en la telegrafía se puso en marcha en 1844, cuando Morse y Vail probaron un dispositivo que, con la recepción de corrientes eléctricas, agujereaba una cinta de papel.
En una primera instancia, Morse había previsto que se transmitan números, los cuales podían asociarse a palabras gracias a un libro de códigos. Fue Vail quien incluyó las letras y añadió caracteres especiales. En este contexto, surgieron los tipos de marcas conocidos como dits y dahs (equivalentes a puntos y guiones o rayas).
Las comunicaciones navales pueden desarrollarse con código morse.
Sus ventajas
El código morse y el telégrafo se constituyeron como el primer sistema que hizo posible la comunicación en tiempo real a través de grandes distancias. Hasta entonces, los mensajes se transmitían según la velocidad del mensajero ya que una persona debía trasladarlos caminando, a caballo, en tren o en barco.
De este modo, una noticia podía tardar semanas o meses en llegar a un lugar. Gracias al telégrafo y el código morse, ese tiempo se pudo reducir a segundos.
El telégrafo, en definitiva, es una máquina que sirve para el envío de pulsos eléctricos de diferente duración mediante un cable. Al tener la posibilidad de enviar pulsos cortos (puntos) y pulsos largos (rayas), Morse y Vail crearon el código para transmitir mensajes con palabras y frases.
El mensaje de telégrafo, por lo tanto, se transmite enviando los pulsos por las líneas de transmisión. El protocolo de comunicación implica que un pulso mínimo se utiliza para representar un punto: en este caso, se aprieta una vez el mando del telégrafo. Para representar una raya, se necesita una pulsación tres veces más extensa que en el punto.
El tiempo que equivale a tres puntos permite marcar la separación entre cada letra. Si se desea separar palabras, el tiempo es equivalente a tres rayas. Así, el receptor está en condiciones de separar las letras, desarrollar las palabras e interpretar el mensaje integral.
Existen software y aplicaciones en Internet que se usan para traducir el código morse.
Uso del código morse
En 1843, el Congreso de Estados Unidos decidió construir una línea de telégrafo de 60 km para unir Baltimore y Washington. Al año siguiente se transmitió el primer mensaje entre esos puntos, que comenzaba con una frase del Antiguo Testamento.
A partir de entonces, se avanzó con el tendido de líneas eléctricas, usando generalmente los postes de luz que ya utilizaba el ferrocarril. De esta forma, se instalaron telégrafos en la mayoría de las estaciones de tren.
El uso del código morse siguió expandiéndose: en la década de 1860, se instalaron líneas transcontinentales. Con el estallido de la guerra civil estadounidense, en tanto, se demostró la importancia del telégrafo para transmitir comunicaciones de emergencia, algo que se ratificó con la Primera Guerra Mundial.
Más allá del telégrafo
La utilización del código morse va más allá del telégrafo, un instrumento que prácticamente ya no se usa debido al avance tecnológico. Actualmente el código morse se transmite por ondas de radio, las embarcaciones lo aprovechan con señales luminosas e incluso se puede aplicar dando golpes.
Supongamos que hay un accidente en una mina y un grupo de obreros queda atrapado en un túnel sin instrumentos de comunicación. Con la esperanza de ser hallados, empiezan a golpear el techo con un palo, enviando señales de auxilio (como SOS) con código morse. La intención es que alguien escuché los golpes y los interprete para comprender el mensaje.
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