La compatibilidad es la condición de compatible: es decir, que puede armonizarse, conciliarse o coexistir con algo más. Cuando dos elementos son compatibles, resultan coincidentes o pueden convivir sin perjudicarse entre sí.
El concepto de compatibilidad se emplea en diferentes ámbitos. Si bien su utilización más frecuente se da en la informática, también aparece en la electrónica, la ingeniería, la medicina e incluso, ya sin formalismos ni rigor científico, en el lenguaje coloquial.
La compatibilidad en la informática
En la informática, la compatibilidad supone que dos programas o sistemas pueden comprenderse entre sí. Dicha comprensión es posible a través de un algoritmo.
Cuando un programa no interpreta a otro del modo correcto, existe una incompatibilidad. En esos casos, la ejecución de la aplicación que no es compatible no puede llevarse a cabo o se concreta con errores.
Los software que son compatibles entre sí pueden intercambiar información. De esta manera, el usuario puede utilizar ambos de forma simultánea sin experimentar complicaciones.
Hay que considerar que la compatibilidad de software no se mantiene inalterable. Una aplicación puede tener problemas de compatibilidad con versiones anteriores de un sistema, pero no con la actual.
Supongamos que un sistema operativo no es compatible con la versión 3.9 ni con las anteriores de un navegador. Sin embargo, sí ejecuta desde la versión 4.0 en adelante. No se puede afirmar simplemente que el SO y el software tienen compatibilidad ni que son incompatibles ya que todo depende de la versión.
La compatibilidad de hardware, en tanto, puede aludir a aquella entre los componentes y el sistema operativo (que suele facilitarse a través de drivers o controladores) o a la compatibilidad de dispositivos entre sí. En este segundo caso se puede examinar la compatibilidad de memoria RAM con una placa madre o la compatibilidad de discos duros o rígidos, por ejemplo. Que el hardware sea compatible requiere del respeto por ciertas normas técnicas y la habilitación de protocolos de comunicación para permitir la interoperabilidad.
La cuestión electromagnética
La idea de compatibilidad electromagnética refiere a la prevención, disminución y eliminación de interferencias cuando un equipo electrónico se acopla a su entorno electromagnético. Esto quiere decir que, cuando un dispositivo cuenta con compatibilidad electromagnética, no provoca interferencias en otros artefactos ni a sí mismo, teniendo además inmunidad a aquellas emisiones electromagnéticas que proceden del exterior.
Tiempo atrás, cuando ingresaba un llamado telefónico a un teléfono móvil o celular, se producía un ruido en el sistema de audio de las computadoras u ordenadores ubicadas cerca. Dicha interferencia electromagnética logró ser eliminada a partir de la compatibilidad electromagnética de los equipos.
Debe tenerse en cuenta que esta compatibilidad es regulada por las autoridades a través de distintas normas. Es habitual que se fije un máximo de perturbaciones radioeléctricas que pueden generar los dispositivos para que su comercialización sea autorizada.
La compatibilidad de órganos
En el terreno de la medicina, se habla de compatibilidad de órganos. Dicha compatibilidad existe cuando el órgano del donante puede acoplarse al organismo del receptor y funcionar.
Existen diversos factores de compatibilidad. El tamaño corporal y el grupo sanguíneo son los más importantes, aunque también se considera el tiempo de espera, el cuadro de gravedad del receptor y la distancia que existe entre el donante y el paciente. Todos estos criterios de compatibilidad son considerados a la hora de la asignación de los órganos donados.
El concepto en las relaciones sociales
Muchas veces se habla de la compatibilidad entre personas. En este contexto, la idea refiere a características o elementos que hacen que dos individuos se lleven bien y puedan forjar un vínculo satisfactorio y que se extienda en el tiempo.
Por lo general se examina la compatibilidad de una pareja. Entre las variables que suelen mencionarse, aparecen la facilidad de comunicación entre sí, el hecho de compartir estilos de vida similares y el establecimiento de una complicidad.
Esto supone que, cuando dos sujetos pueden comunicarse de manera fluida y sincera; tienen objetivos e intereses parecidos; y consiguen instaurar códigos en común, hay una compatibilidad entre ambos. Si bien esta particularidad suele considerarse para forjar una relación sentimental, también es válida para las amistades, los lazos familiares, etc.
Cabe destacar que la compatibilidad no implica la inexistencia de diferencias. Se requiere de respeto y tolerancia para que los desencuentros y las posturas disímiles no repercutan en el vínculo.
Compatibilidad según la astrología y la numerología
La noción de compatibilidad puede centrarse en datos técnicos, científicos u objetivos, pero también en criterios abstractos o incomprobables. Por eso en pseudociencias como la astrología y la numerología se alude a la compatibilidad.
Para los astrólogos, los seres humanos pueden ser más o menos compatibles según su signo zodiacal, a su vez determinado por bandas de la esfera celeste y asociado a la fecha de nacimiento. Esta creencia sostiene que alguien de acuario tiene compatibilidad con quien es de sagitario, por mencionar una posibilidad.
Algo similar propone la numerología. De acuerdo a los que defienden la validez de esta práctica, cada persona es regida por número que se obtiene de la fecha de nacimiento, sumando y reduciendo dígitos. Así, hay una mayor o menor compatibilidad en virtud de la cifra en cuestión.