La Real Academia Española (RAE), en su diccionario, define contraportada como la página que presenta diversos detalles sobre un libro, ubicada frente a la portada. También conocida como cubierta trasera o contracubierta, puede decirse que se trata de la parte de atrás de la portada.
La finalidad de la contraportada es aportar información sobre la obra y, en ocasiones, sobre el autor. Por lo general en ella se resume el argumento del libro, contando los aspectos más importantes de la trama. En algunos casos, incluso se reproduce literalmente un fragmento de la obra que resulta representativo y que puede generar interés en los lectores.
Qué se incluye en una contraportada
Quizás en el caso de los libros de poesía la tarea de quienes construyen la contraportada sea más difícil, en parte porque se trata de un género menos popular y, lamentablemente, menos valorado por el público. Mientras que en una novela tenemos una trama que comentar y que, por lo general, se mantiene a lo largo de todo el libro, la poesía abre las puertas a otras posibilidades, como ser la creación de un conjunto de obras que pueden o no tener un hilo conductor.
Hay contraportadas que están centradas en la persuasión del potencial lector, invitándolo a leer o a comprar el libro. Para cumplir con este objetivo, recurren a la argumentación.
En cuanto a los datos del autor que pueden incluirse en la contraportada, es habitual que se presenten los más importantes de su biografía y se mencionen otros libros que haya escrito.
Un ejemplo
Tomemos el caso de una hipotética novela titulada «El misterio del antiguo museo abandonado», escrita por Juan Ferreyra de las Mercedes. En su contraportada indica: «Miguel Buenaventura trabajó durante cinco años en el Museo Histórico de San Jacinto. Cuando la institución cerró sus puertas, emigró de la ciudad. Dos décadas después, Buenaventura regresa a San Jacinto y decide pasar por el museo abandonado. Para su sorpresa, encuentra la puerta abierta. El hombre no sabe que, al cruzar el umbral, su vida ya no será la misma».
Cerrar esta pequeña sinopsis de este modo resulta perfecto para incitar al potencial lector a sumergirse en la obra, ya que seguramente querrá saber qué le ha ocurrido a Miguel Buenaventura en ese museo, por qué su vida cambia para siempre una vez que cruza el umbral.
Si bien el elemento más importante de la estructura externa de un libro es su portada, la contraportada también es fundamental y muchas veces no recibe el «tratamiento» adecuado por parte de los editores. No debemos olvidar que muchos lectores, cuando toman en sus manos un libro por primera vez, lo giran inmediatamente y leen en primer lugar la contraportada.
Claves de una buena contraportada
Para crear una contraportada impactante existen muchos consejos, y quizás el más generalizado es no abrumar al lector con demasiado texto; durante una visita a la librería, no siempre contamos con mucho tiempo, y por eso una contraportada concisa puede resultar perfecta.
Claro que la concisión no sólo consiste en «escribir poco», sino que se trata de «escribir lo esencial». Para elaborar una buena contraportada debemos evitar fotografías o cuadros que dificulten su lectura; la biografía del autor, por ejemplo, es conveniente ubicarla en la solapa.
Aunque parezca exagerado, se recomienda no incluir el título del libro en la contraportada, ya que resulta redundante si tomamos en cuenta que ya se encuentra en la portada y que, muy probablemente, el potencial lector lo mira en primer lugar. Algo que sí puede resultar muy atractivo y convincente es la opinión de alguna persona de renombre acerca del libro.
Cabe destacar que también se llama contraportada a la última página de una revista, un diario y otras publicaciones semejantes.