Una corriente es algo que corre o fluye. Lo marino, por su parte, está vinculado al mar: una masa de agua salada. La idea de corriente marina, de este modo, hace referencia al movimiento superficial del agua del mar.
Las corrientes marinas tienen diversas causas. La acción del viento, el movimiento de rotación que realiza el planeta Tierra y las características de las costas son algunos de los motivos que generan la existencia de corrientes marinas.
Es importante destacar que las corrientes marinas implican no solo desplazamientos horizontales del agua, sino también verticales. Hace ya varias décadas, los investigadores descubrieron que las corrientes marinas del planeta están estructuradas en tres dimensiones:
* por un lado, en la superficie se advierten movimientos horizontales que involucran principalmente a la inercia que genera la rotación de la Tierra y al viento;
* los movimientos verticales, por su parte, alteran los efectos de la rotación terrestre a causa de la configuración que tienen las costas y el relieve submarino, de manera que se produce una fuerza centrífuga que tiende a concentrar, por así decirlo, el nivel oceánico sobre toda la circunferencia del Ecuador.
Debemos aclarar que se conoce como fuerza centrífuga, de acuerdo con lo establecido por la mecánica newtoniana y la clásica, a una fuerza ficticia que se da en la descripción del movimiento que realiza un cuerpo en un sistema de referencia que se encuentra rotando. También es posible definir este concepto como la fuerza aparente que advierte un observador en el cual no se aplican la leyes del movimiento de Newton que también se halla en un sistema de referencia en rotación.
Por otra parte, puede diferenciarse entre distintas clases de corrientes de acuerdo a sus características. Las corrientes marinas frías, como su nombre lo sugiere, suponen el desplazamiento de aguas que se encuentran a bajas temperaturas. Se deben al movimiento de rotación de la Tierra y se desarrollan de este a oeste por el ascenso del agua fría que procede de zonas muy profundas. La corriente de Humboldt, que también se conoce como corriente del Perú, es un ejemplo de corriente fría. El alemán Alexander von Humboldt fue quien describió esta corriente marina por primera vez.
Las corrientes marinas cálidas, en cambio, se originan en la región intertropical, naciendo en las costas del este y avanzando en dirección opuesta a la rotación del planeta. La corriente del Golfo, originada en el Golfo de México, es una corriente cálida.
Las corrientes oceánicas, por otra parte, registran un movimiento constante porque se deben a la rotación terrestre, a diferencia de las corrientes de oleaje (relacionadas al viento) y las corrientes de marea (vinculadas a la atracción ejercida por la luna), entre otras cuyos desplazamientos varían.
Una de las utilidades que el ser humano ha encontrado en las corrientes marinas es la extracción de energía, especialmente en las zonas más profundas, y para ello lleva mucho tiempo desarrollando dispositivos específicos. Es necesario aclarar que este proceso supone una inversión económica muy elevada, que incluye la fabricación de la maquinaria, su instalación y las inevitables tareas de mantenimiento.
Para contrarrestar dichos costes, la Universidad Politécnica de Madrid presentó a comienzos del año 2018 una serie de diseños y procedimientos que prometen un ahorro considerable. Además de España, otro país que se encuentra trabajando en la obtención de energía proveniente de las corrientes marinas es Canadá, donde ya existen varios parques experimentales con aparatos de primera generación, que se colocan en el fondo del mar.
Algunos expertos señalan que alrededor de un 80% de esta energía se encuentra más allá de los 40 metros de profundidad, y por eso es tan costosa la producción de los dispositivos de extracción.