En la geometría, un cubo es un cuerpo formado por seis caras que son cuadradas. La particularidad de estos cuerpos es que todas las caras son congruentes, están dispuestas de forma paralela y de a pares, y tienen cuatro lados.
Teniendo en cuenta estas características, es posible situar a los cubos en diversos grupos. Se trata de sólidos platónicos, poliedros convexos, paralelepípedos, hexaedros y prismas, todas calificaciones que hacen referencia a diferentes propiedades de los cubos.
Por ejemplo: «En mi prueba de geometría, la maestra me pidió que dibujara tres cubos de diferentes tamaños», «Compré una mesa de café y dos bancos con forma de cubo para la sala de estar», «El chef sorprendió al jurado con un cubo de arroz blanco bañado con salsa de jengibre y miel».
Elementos con forma de cubo
Es posible encontrar numerosos objetos con forma de cubo. Entre los más habituales se encuentran los dados que se usan en una gran cantidad de juegos. Los dados suelen ser cubos que, en cada una de sus caras, incluyen un número. De esta manera, cuando alguien arroja un dado, puede obtener seis números diferentes: 1, 2, 3, 4, 5 y 6.
Otros cubos que solemos emplear en la vida cotidiana son los cubos de caldo (o caldos en cubo) y los recipientes conocidos como cubo o balde: «Por favor, pásame un cubo de gallina que quiero saborizar esta sopa», «Voy a llenar el cubo con agua jabonosa para limpiar el patio».
El concepto en las matemáticas
Para la matemática, la tercera potencia de un número se conoce como cubo. Esto quiere decir que elevar una cantidad al cubo consiste en multiplicarla tres veces por sí misma: 5 elevado al cubo es igual a 5 x 5 x 5 (125).
Esto se enmarca en el concepto de potenciación o potencia, una operación que requiere dos términos: una base y un exponente. Por lo general, el número del exponente se lee como si fuera un término femenino, de manera que se dice que la base se eleva «a la cuatro», por ejemplo, en lugar de «al cuatro».
El exponente tres es especial, en cuanto a que pertenece a un grupo muy pequeño junto con el dos, porque son los únicos que reciben una denominación diferente a la hora de leer sus operaciones: elevar a la dos se dice «al cuadrado», mientras que para el tres se dice «al cubo», como se menciona más arriba.
El cubo en los gráficos generados por ordenador
En el ámbito de los gráficos generados por ordenador, el cubo es la figura más representativa, la fuente de todo modelo en tres dimensiones. Se podría decir que es el equivalente al píxel en el mundo de las dos dimensiones, donde se considera la unidad más pequeña. Claro que esto no es del todo cierto para el cubo, ya que se compone de ocho vértices y son éstos los elementos imposibles de reducir en el universo tridimensional.
Tampoco debemos olvidarnos de los polígonos, que en el diseño tridimensional pueden entenderse como figuras de tres vértices como mínimo y también se conocen como «caras». El cubo está formado por seis polígonos de cuatro vértices, o bien por ocho de tres. El proceso mediante el cual las imágenes creadas en tres dimensiones llegan al monitor se conoce como rasterización.
En pocas palabras, podemos decir que en un programa que nos permite crear figuras vectoriales no existen los píxeles sino simplemente operaciones matemáticas y físicas con las cuales es posible posicionar todos los vértices y relacionarlos para dar lugar al surgimiento de las caras, además de iluminarlos y calcular la dirección en la que miran, entre otras muchas cosas. Dentro del universo tridimensional no importan las características del monitor, las cuales afectan lo que ve el usuario una vez que la escena se convierte a píxeles; a mayor resolución, más nítidamente se verá la escena, pero internamente siempre será la misma.