Cumplimiento es un término que tiene su origen en vocablo latino complementum y que hace mención a la acción y efecto de cumplir o cumplirse. El verbo cumplir, por su parte, refiere a ejecutar algo; remediar a alguien y proveerle de aquello que le falta; hacer algo que se debe; convenir; o ser el día en que termina un plazo o una obligación.
Por ejemplo: «La policía, en cumplimiento de lo ordenado por el juez, detuvo al principal sospechoso por el asesinato de la niña», «El cumplimiento del pacto es imprescindible para que el proyecto tenga éxito», «Hubo una falta en el cumplimiento del tercer punto del contrato».
Cumplimiento de deseo
Es frecuente hablar del cumplimiento de deseo. Para Sigmund Freud, se trata de una formación psicológica en la que un deseo se presenta imaginariamente como cumplido gracias a una producción del inconsciente (como un sueño o una fantasía). En el lenguaje cotidiano, se dice que un deseo se cumple cuando aquello imaginado o soñado se concreta en la realidad.
Supongamos que un niño sueña con ser futbolista. A los cuatro años recibe una pelota de regalo y, desde entonces, su principal meta es convertirse en jugador profesional. Cuando cumple diez años comienza a practicar fútbol en un club, donde desarrolla todas las etapas formativas. Y así, a los 18 años, firma su primer contrato profesional y debuta con el primer equipo. En ese momento, por lo tanto, esta persona podrá decir que concretó el cumplimiento de su principal deseo o de su sueño.
Responsabilidad y obligaciones
Por otro lado, el concepto de cumplimiento se asocia a la responsabilidad, a la correcta ejecución de una determinada obligación para con terceros en el plazo acordado, según los requisitos previamente establecidos. En el ámbito de las empresas de servicios, por ejemplo, los clientes suelen evaluar el cumplimiento de las condiciones de un contrato, entre las que se encuentran la aplicación de descuentos y bonificaciones, el cobro de las tasas y las tarifas acordadas el primer día, la entrega de dispositivos en comodato y la fecha de facturación.
Una compañía que se hace conocida por el cumplimiento de sus obligaciones y de sus promesas a sus clientes tiene muchas posibilidades de crecer, gracias a las recomendaciones que éstos hagan a sus amigos y conocidos. Es sabido que la mejor publicidad es gratis, ya que surge espontáneamente del trabajo responsable y del buen trato a los consumidores.
Sin embargo, en la actualidad es más común el caso contrario, principalmente en lo relacionado a la atención al cliente a través de líneas telefónicas y sistemas de chat. Uno de los mercados que más ha crecido desde mediados de los años 90 es el de la telefonía móvil, el cual va de la mano de los servicios de Internet, tanto de fibra óptica como de 3G y 4G; ante la inmensa demanda por parte del público, el número de compañías proveedoras de telefonía e Internet es cada vez mayor, y esto da lugar a una gran confusión con respecto a las ofertas de cada una, que luego se traduce en perjuicios para el consumidor.
Algunas empresas prometen a sus clientes nuevos que si dejan su compañía actual para unirse a ellos, les devolverán el dinero de la penalización propia de los contratos con plazo de permanencia obligatorio; sin embargo, su cumplimiento suele estar sujeto a una serie de condiciones que no se explican con claridad desde el principio, y que suelen sorprender a los clientes de forma negativa una vez realizado el cambio.
Las consecuencias del no cumplimiento
En un mundo ideal, como el de los cuentos infantiles que incluso al día de hoy escuchan muchos niños antes de dormir, la falta de cumplimiento debería traer consecuencias negativas, que nos obligaran a cambiar de actitud.
Sin embargo, la organización real de nuestras sociedades permite y apoya la falta de legitimidad de unos pocos en detrimento de quienes tienen menos recursos.