Dable es un adjetivo que permite calificar a aquello que es factible. Lo dable, por lo tanto, es realizable o practicable.
Algo factible
Como se puede advertir, es habitual que la idea de dable se emplee para construir expresiones sobre lo que se puede, o no, dar. Lo dable es también hacedero, un vocablo muy poco común en el habla cotidiana. En este caso es necesario recordar que usamos la construcción verbal «darse» para hacer referencia a «ocurrir»: «Puede darse que se decidan a venir, pero después de la discusión dudo que quieran volver a vernos».
El concepto de dable, de todas maneras, también se utiliza para indicar específicamente si algo es viable o no: “Contar con doscientos empleados sin trabajar durante cuatro meses no es dable, el gobierno debería establecer algún mecanismo que nos permita volver a abrir la empresa a la brevedad”, “Creo que es dable terminar el torneo entre los cinco primeros equipos de la tabla de posiciones ya que contamos con grandes jugadores y un excelente director técnico”, “De acuerdo al gerente, es dable alcanzar un incremento del 25% en las ventas en el próximo trimestre”.
En estos tres ejemplos podemos ver precisamente la idea de «viable», término que la RAE define como algo que puede llevarse a cabo (dadas sus circunstancias) o, en un sentido más estricto, un camino por el cual es posible transitar. No es posible mantener una empresa durante mucho tiempo si sus empleados no trabajan. Sí lo es, por otro lado, que un gran equipo conquiste un torneo o que una buena estrategia de mercado permita que las ventas de una compañía aumenten en un 25 por ciento.
Algunos ejemplos
Veamos a continuación algunas oraciones más de ejemplo: “No es dable que la circulación del virus desaparezca en el corto plazo, con lo cual es imprescindible quedarse en casa todo lo posible para minimizar los riesgos de contagio”, “Los médicos señalan que es dable que el conductor se encontrase alcoholizado al momento del impacto”, “Por los antecedentes de Juan, es dable que esté exagerando los síntomas para no tener que ir a la escuela”.
Comencemos por estudiar la primera oración, donde el uso de la palabra dable nos muestra con claridad una connotación de «posibilidad» o «factibilidad». El emisor dice que no es factible que el virus deje de circular pronto, y que por esta razón deberíamos permanecer en nuestros hogares siempre que sea posible para reducir al mínimo el riesgo de contagiarnos. En este caso podemos notar un cierto matiz de «credibilidad», ya que podríamos expresar la misma idea diciendo que «no sería creíble que el virus dejase de circular…».
En el segundo ejemplo, tras un accidente los profesionales de la salud que atienden al hombre que se estrelló con su coche indican que es posible que éste hubiera bebido demasiado alcohol y que ésta haya sido la razón de su falta de coordinación. A diferencia del ejemplo anterior, aquí no cabe la connotación de «creíble», al menos no sin conocer al protagonista; diferente sería saber que suele excederse con las bebidas alcohólicas, porque entonces sí podríamos asumir que se encontrara alcoholizado incluso sin un estudio médico.
Finalmente llegamos a la tercera oración, en la cual nos dan a entender que Juan tiene un historial en el cual nos podemos apoyar para afirmar que posiblemente esté actuando para hacerles creer a sus mayores que no está en condiciones de asistir a clase. Si bien el receptor no cuenta con la información para hacer tal deducción, debe confiar en el emisor, de manera que aquí sí podríamos sustituir el término dable por creíble y el resultado sería prácticamente el mismo: de Juan me espero eso, es posible que lo haga, es creíble tal afirmación.