Hasta el latín hay que marcharse para poder dar con el origen etimológico de la palabra denominación que ahora nos ocupa. Allí descubrimos que se trata de un término que procede del vocablo “denominatio”, que era el proceso por el cual a una persona se le otorgaba un nombre para así poder identificarla. También se aplicaba a la acción que se hacía, de igual modo, con un objeto.
“Denominatio” se encuentra conformada por tres partes claramente delimitadas: el prefijo “de-“, que indica una dirección de arriba hacia abajo; el sustantivo “nomen”, que puede traducirse como “nombre”, y finalmente el sufijo que indica acción y efecto.
Concepto de denominación
La denominación es el título, el nombre o el sobrenombre que permite distinguir a una persona o una cosa. Al denominar a un objeto, se le atribuye un término que posibilita su identificación frente a otros.
Por ejemplo: “El fabricante alemán ha anunciado la denominación de su nuevo coche: Solertum”, “La denominación del campeonato sorprendió a los clubes participantes”, “Los nuevos dueños pretenden cambiar la denominación del teatro”.
Distintos niveles y usos
La mayoría de las cosas cuentan con una denominación para que las personas puedan identificarlas y reconocerlas. Cabe destacar que la denominación puede funcionar en distintos niveles. Gibson Les Paul es la denominación de un modelo de guitarra eléctrica fabricada por Gibson: sin embargo, un músico puede ponerle una denominación más específica a una guitarra de este modelo y bautizarla como “Paulina”.
En algunos casos, la denominación oficial de algo difiere de la denominación más usada. Los aficionados al fútbol se refieren al torneo más importante organizado por la Confederación Sudamericana de Fútbol como Copa Libertadores, aunque su nombre oficial varía de acuerdo al principal auspiciante. Así, la copa se ha denominado, en distintos momentos, como Copa Toyota Libertadores o Copa Santander Libertadores.
Denominación de Origen
Se conoce como Denominación de Origen o Denominación de Origen Protegida, por otra parte, a una denominación oficial que se le asigna a ciertos productos como una garantía de su procedencia y de su calidad. El vino jerez, el jamón de Huelva y el pisco chileno son algunos productos con Denominación de Origen.
Es importante saber que para que un producto pueda enmarcarse dentro de una denominación de origen en concreto, este debe cumplir con una serie de requisitos fundamentales tales como los siguientes:
• Es vital que el proceso de producción, transformación y elaboración del mismo tengan lugar dentro de lo que sería el ámbito geográfico de la citada norma de calidad.
• Es necesario que los productores del artículo se comprometan, de igual modo, a todos los controles y procesos de certificación que sean establecidos y determinados por los consejos reguladores.
• Es imprescindible también que el producto en cuestión cumpla con una serie de características en cuanto a propiedades o calidad.
Confusión con el nombre común
Que el consumidor pueda identificar claramente el producto que adquiere o que tenga toda la seguridad de que el artículo en cuestión tiene un grado de diferenciación y de calidad superior al resto es lo que se persigue, entre otras cosas, con la puesta en marcha de las denominaciones de origen.
En algunos casos, la Denominación de Origen se confunde con el nombre común del producto. Eso ocurre con el queso roquefort, cuya denominación genérica debería ser queso azul.