En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término dentista. Exactamente es fruto de la suma del sustantivo «dens, dentis», que puede traducirse como «diente», y el sufijo «-ista», que se usa para indicar profesión u oficio.
No obstante, es interesante conocer que el término dentista como tal apareció por primera vez en el siglo XVIII. En concreto, fue en el año 1735 cuando se utilizó esa palabra en la revista francesa «Mercure de France».
Se conoce como dentista al profesional cuyo trabajo consiste en el cuidado de la dentadura de sus pacientes. El término se emplea como sinónimo de odontólogo, que es un experto en odontología: la ciencia dedicada al estudio y al tratamiento de las piezas dentales.
Por ejemplo: «Me duele mucho una muela, voy a tener que ir al dentista», «El dentista me recomendó que utilice hilo dental para mejorar la higiene bucal», «Mi hija es dentista y tiene un consultorio en el centro».
La odontología forma parte de las ciencias de la salud. Un dentista, por lo tanto, se encarga de cuidar los dientes para que permanezcan saludables. En caso de desarrollarse una enfermedad o algún otro trastorno, se encuentra capacitado para realizar el tratamiento correspondiente.
Los dentistas, en definitiva, pueden diagnosticar, sugerir medidas de prevención y desarrollar tratamientos. Además de centrarse en los dientes, actúan sobre el tejido periodontal, las encías, los maxilares y la articulación temperomandibular.
Teniendo en cuenta que la salud es la que está en juego, se hace necesario proceder a elegir adecuadamente el dentista que se encargará de revisiones, de limpiezas dentales o de cualquier otra acción necesaria al respecto. En este caso, se establece que hay que seguir estas recomendaciones al respecto:
-Hay que asegurarse de que esté convenientemente colegiado, para no caer en manos de falsos dentistas.
-Es necesario desconfiar de los dentistas que ofrecen unos precios muy bajos u ofertas demasiado económicas y que no son acordes a los que existen en el mercado en ese momento.
-Es fundamental obtener comentarios de pacientes de él para saber cómo trabaja.
-No menos relevante es que debe tener una consulta que cumpla con todos los requisitos en materia de higiene y limpieza. Asimismo él debe ser una persona que no solo tenga un aspecto limpio sino que utilice guantes desechables en todo momento y que también proceda a emplear lo que es la pertinente mascarilla.
Es importante tener en cuenta que un dentista también debe contar con otros conocimientos de medicina ya que una enfermedad en la boca puede generar problemas en otras partes del cuerpo y hasta trastornos generales potencialmente mortales.
Por eso, más allá de que muchas personas desarrollan temor al dentista debido a que piensan que sus intervenciones siempre causan dolor, es imprescindible acudir periódicamente a estos especialistas para cuidar la salud bucal. No se debe esperar a experimentar un síntoma para ir al dentista, sino que lo ideal es realizar consultas habituales a modo de prevención.