Los derechos de las minorías fomentan la integración social.
Los derechos de las minorías son las potestades y las facultades de las personas que integran un grupo social minoritario. Se trata de normas y principios que atañen específicamente a quienes, por cuestiones de género, étnicas, raciales, lingüísticas o religiosas, no forman parte de los conjuntos predominantes.
Para comprender con precisión el concepto, resulta clave analizar los términos que le dan forma. Un derecho es un poder o una aptitud que avala a un individuo a demandar o realizar lo que la legislación concede a su favor o aquello que se considera que deriva de la condición humana. En este marco, se denomina minoría al sector poblacional que se diferencia de la mayoría de la sociedad por el idioma, la raza u otra característica.
Garantizar y promover los derechos de las minorías, en definitiva, contribuye a la igualdad, brinda protección contra el odio y la discriminación y defiende la premisa de la no discriminación.
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ResumenCaracterísticas de los derechos de las minorías
La noción de derechos de las minorías refiere tanto a derechos individuales cuya aplicación recae en una persona como a derechos colectivos que se otorgan a una cierta comunidad. La clave radica en la idea de minoría, que no resulta fácil de definir en este contexto.
Puede hablarse de minorías raciales, minorías étnicas, minorías sexuales, minorías lingüísticas y minorías religiosas, entre otras. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una minoría se define de hecho ya que no existe una normativa que establezca requisitos, límites o alcances. A su vez, la ONU indica que en la calificación de un grupo como una minoría intervienen cuestiones objetivas (una lengua, una etnia, etc.) pero también subjetivas (entre ellas, el autoreconocimiento de los integrantes como parte de una determinada colectividad).
Así, recién es posible considerar los derechos de las minorías cuando se define, justamente, qué es una minoría. Ese paso es imprescindible para luego acordar qué grupos sociales constituyen una minoría en una nación y cuáles son los derechos específicos que deben resguardarse para que sus miembros conserven su autonomía cultural, sus creencias y el resto de las particularidades que hacen a su identidad.
La defensa de los derechos de las minorías promueve el multiculturalismo.
La declaración de 1992
En la actualidad, los derechos de las minorías son regidos principalmente por la Declaración sobre los Derechos de las Personas pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas, Religiosas y Lingüísticas, un documento que la Asamblea General de la ONU adoptó a fines de 1992. Esta declaración instaura aquellas normas básicas que se requieren para una gestión adecuada de la diversidad y para propiciar la autodeterminación de estos colectivos, resguardando asimismo los derechos humanos.
El texto señala que los Estados deben reconocer la existencia y proteger la identidad de las minorías que habitan en su territorio. Los integrantes de las minorías, de manera simultánea, tienen el derecho de intervenir en las decisiones regionales y nacionales que afectan a su grupo, siempre que dicha intervención no resulte incompatible con las leyes nacionales.
Esta declaración de la ONU también señala que las políticas estatales deben planificarse y ejecutarse contemplando los intereses de quienes integran las minorías. Esto contribuye a la paz y seguridad y ayuda a minimizar la desigualdad social.
Muchos derechos de las minorías ayudan a combatir la exclusión económica y la pobreza.
Ejemplos de derechos de las minorías
Los derechos de las minorías pueden protegerse de múltiples maneras. Tomemos el caso específico de los derechos indígenas. A las comunidades aborígenes se les suele reconocer el derecho a la tierra y recursos naturales otorgándole la gestión de terrenos con arraigo en el grupo. Asimismo se reconoce su derecho al idioma mediante educación bilingüe proporcionada por el Estado.
Si pensamos en las minorías sexuales y los derechos LGBTQ+, se suele garantizar el derecho al trabajo de la población transgénero instaurando cupos de cumplimiento obligatorio en el Estado y en compañías que tienen más de una cierta cantidad de empleados. De este modo, para evitar la discriminación de género y propiciar la integración, se obliga a contratar trabajadores trans que cumplan con determinados requisitos. En concreto, estas medidas supone un caso de discriminación positiva para asistir a individuos históricamente desfavorecidos.
Es posible contemplar en este conjunto los derechos de los discapacitados, como la posibilidad de que utilicen el transporte público de manera gratuita o de estacionar sus vehículos en cualquier espacio sin restricciones. Si pensamos en la libertad religiosa, las autoridades estatales deben asegurar el derecho a la educación laica para que cada uno pueda mantener su credo y profesar sus creencias.
Es muy importante tener en cuenta que los derechos de las minorías no reemplazan a otros derechos. Es decir: alguien que integra una minoría puede disponer de ciertas garantías o salvoconductos por su pertenencia a dicho grupo pero además cuenta con los derechos que tienen aquellos que componen el conjunto mayoritario de la sociedad. Retomando el caso del derecho al trabajo de la comunidad transgénero, más allá del cupo, dichos trabajadores poseen derecho a vacaciones pagadas, licencia por enfermedad, jubilación y el resto de las protecciones y beneficios que gozan todas las personas de acuerdo a la legislación laboral de su país.
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