Los derechos fundamentales son aquellos que disponen del grado más alto de protección al estar consagrados en la Constitución. Se considera que resultan inalienables de la dignidad del ser humano, con lo cual son irrenunciables e inviolables.
Antes de avanzar, es importante indicar que los derechos son potestades y obligaciones que provienen del estado de un individuo o de los vínculos que éste establece con otros sujetos. Estos deberes y facultades suelen estar consignados en las leyes, que son reglas de cumplimiento obligatorio.
A la ley más importante del Estado, que dispone de un rango más elevado que el resto, se la conoce como Constitución. Lo que hace la Constitución es fijar límites al funcionamiento de los poderes estatales y establecer el sistema de los derechos y las libertades de las personas.
La libertad de prensa está entre los derechos fundamentales.
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ResumenDerechos fundamentales y derechos humanos
Es habitual que se produzca una confusión entre los derechos fundamentales y los derechos humanos. Mientras que los derechos humanos son inherentes a las personas y no presentan ninguna limitación de aplicación en cuanto a su territorio, los derechos fundamentales que rigen en cada país se encuentran detallados en su Constitución.
Los derechos humanos, por lo tanto, corresponden a la totalidad de los seres humanos sin ninguna discriminación, desde el momento de su nacimiento hasta el fallecimiento. Entre ellos se encuentran el derecho a la vida y la libertad de expresión.
Los derechos fundamentales, en cambio, son garantías que tienen los habitantes de una nación o de un conjunto de países. Se encuentran protegidos por ordenamientos jurídicos específicos y se enmarcan en una Constitución nacional o en algún tipo de documento análogo. En ocasiones, se esgrime que los derechos fundamentales son derechos humanos llevados al derecho positivo.
Uno de los derechos fundamentales de las personas es el derecho a la alimentación.
Reconocimiento en la UE
El reconocimiento de los derechos fundamentales en la Unión Europea (UE) se da a través de un instrumento en particular: la Carta de los Derechos Fundamentales. Fue proclamada en diciembre de 2000 por la Comisión Europea (CE), el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo.
La prohibición de la tortura, la prohibición de la esclavitud, la libertad de pensamiento, la libertad de información, la libertad de asociación, la libertad de reunión, el derecho a la educación, el derecho al trabajo, el derecho a la propiedad, el derecho al asilo y la protección de los derechos de las personas con discapacidad forman parte de esta Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.
Es importante señalar que la aplicación de esta herramienta fue motivo de confusión y debate. Se decidió que su aplicación tiene vigencia si la infracción se produce cuando un Estado miembro de la UE aplica una normativa del derecho comunitario o cuando la acción que infringe el derecho fundamental procede del marco institucional de la UE.
La totalidad de las instituciones de la UE, como el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo, el Banco Central Europeo y la CE, tienen la obligación de respetar la Carta de los Derechos Fundamentales y deben encargarse de vigilar su acatamiento.
La protección de los derechos de las minorías integra los derechos fundamentales que se reconocen en diversos pactos y tratados.
Los derechos fundamentales bajo la órbita de la ONU
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su Asamblea General del 10 de diciembre de 1948. Si bien allí aparecen recogidos muchos derechos fundamentales, no se tradujo en un tratado internacional de cumplimiento obligatorio.
Más adelante, en 1966, la Asamblea General de la ONU adoptó dos tratados internacionales (el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos) que sí deben acatar todos los firmantes.
La igualdad ante la ley, el derecho a un juicio justo, la libertad de movimiento y la protección de los derechos del niño son algunos de los derechos fundamentales que custodia la ONU a través de estos dos acuerdos que se conocen como Pactos Internacionales de Derechos Humanos o Pactos de Nueva York.
Convención sobre los Derechos del Niño
La Convención sobre los Derechos del Niño fue firmada en 1989 y entró en vigencia en septiembre de 1990. Se trata de un tratado internacional de la ONU que recopila, en 54 artículos, los derechos fundamentales en la infancia.
El derecho a una protección especial, el derecho a la nacionalidad, el derecho a la vivienda y el derecho a la educación gratuita están entre las garantías consagradas en este tratado. De acuerdo a los especialistas, la innovación de la Convención es que concreta el reconocimiento de los menores de edad como sujetos de derecho y, a su vez, posiciona a los adultos como sujetos de responsabilidades.
La vulneración de los derechos fundamentales
La vulneración de los derechos fundamentales es frecuente más allá de lo establecido en tratados, pactos y convenciones. La realidad refleja que muchos de estos derechos son violados de manera sistemática y cotidiana pese a lo fijado por las leyes y que los responsables de esas faltas no son sancionados por su conducta.
A nivel mundial, millones de hombres y mujeres no tienen trabajo y otros tantos niños y niñas no asisten a la escuela. Hay gente que se ve forzada a vivir en la calle y que no tiene acceso a los servicios sanitarios más elementales, sin que se respete su derecho a la salud.
Si se piensa en la situación de una comunidad en general, la protección del medio ambiente no suele estar garantizada. Cada vez es más frecuente que las personas deban vivir en entornos con elevados índices de contaminación que ponen en riesgo el bienestar.
El derecho a la paz, asimismo, no se respeta en numerosas regiones donde se desarrollan guerras y otros tipos de enfrentamientos armados. De hecho, un conflicto bélico suele provocar el quebrantamiento de numerosos derechos fundamentales a la vez.
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