El desarrollo social es el proceso que permite mejorar la calidad de vida de los integrantes de una comunidad. Se trata del avance que se logra cuando todos los miembros de la sociedad puedan satisfacer sus necesidades básicas y explotar sus potencialidades para progresar.
La idea de desarrollo alude a una evolución, un adelanto o un crecimiento. Social, en tanto, es aquello vinculado a la sociedad: el conjunto de individuos que viven de acuerdo a reglas en común.
Debe considerarse que el desarrollo social es colectivo. No tiene que ver con el eventual progreso de un ciudadano, sino con el empoderamiento del conjunto a través de una caída de los índices de pobreza y otros factores.
Características del desarrollo social
El concepto de desarrollo social abarca todas aquellas cuestiones relacionadas con una reducción de la exclusión y la vulnerabilidad. Es decir, se trata de las acciones y las medidas que favorecen la inclusión social.
La noción refiere tanto al proceso como al resultado o incluso al objetivo. Los gobiernos buscan fomentar el desarrollo social con la meta de brindar mejores condiciones de vida a todos los habitantes, privilegiando a quienes padecen la desigualdad. De este modo también se impulsa la cohesión comunitaria.
Cabe destacar que la pobreza va más allá de los ingresos bajos o nulos. Implica vivir en contextos de mayor violencia y no participar de la toma de decisiones de la comunidad, por ejemplo. La falta de un acceso adecuado a la educación y la salud pública, residir en viviendas precarias y no tener empleo son otras realidades que impiden el desarrollo.
Por eso, las políticas públicas generalmente apuntan a fomentar el bienestar social luchando contra la pobreza y la desigualdad. El Estado debe garantizar que todas las personas puedan contar con servicios públicos e infraestructuras apropiadas para una vida digna.
Puede indicarse que el desarrollo social mantiene un vínculo estrecho con los derechos humanos. A medida que se amplía la cobertura de dichos derechos elementales, una sociedad avanza. Por eso la protección social para garantizar ciertas cuestiones básicas (como la nutrición apropiada y la disponibilidad de agua potable) es indispensable para el progreso de la comunidad.
Análisis del concepto
Cuando una sociedad se desarrolla, sus miembros logran vivir mejor en términos materiales pero también simbólicos. Las instituciones de una sociedad desarrollada son fuertes y estables y además tiende a haber una mayor armonía entre los habitantes.
El desarrollo social se logra a partir de avances en muchos ámbitos. El desarrollo económico es el factor más evidente: se relaciona con la capacidad de generar riqueza. Pero también son importantes el desarrollo humano (la mejora de las capacidades de los ciudadanos para que tengan más oportunidades de progreso) y el desarrollo comunitario (la intervención de todas las personas para llevar a cabo acciones en conjunto y así solucionar problemas en común). Asimismo se busca el desarrollo sostenible, que supone crecer sin atentar contra la preservación de la naturaleza ni del patrimonio cultural.
Para impulsar el desarrollo social, se necesita gestionar riesgos, minimizar el impacto negativo de ciertas acciones y potenciar los resultados positivos de otras. Si bien el rol del Estado es clave, el desarrollo social también puede impulsarse con participación ciudadana, tareas de voluntariado, el esfuerzo de organizaciones no gubernamentales (ONG) e incluso mediante programas de responsabilidad social corporativa. La asistencia social y la ayuda humanitaria, en este marco, pueden darse a través de asociaciones público-privadas.
Hay que subrayar que la idea de desarrollo social puede entenderse de distintas maneras, así como su finalidad. Algunas corrientes sostienen que el desarrollo social tiene que buscar reproducir las condiciones de vida que existen en los países industrializados. Otras posturas, en cambio, hacen hincapié en la necesidad de adaptarlo a las características de la nación.
No obstante, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce la existencia de objetivos deseables, independiente de la sociedad en cuestión. Es posible nombrar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como metas, que incluyen el hambre cero y la igualdad de género.
Ejemplos de desarrollo social
Tomemos el caso de un gobierno que, para favorecer la inclusión financiera, ofrece la posibilidad de contar una caja de ahorros sin costo de apertura ni de mantenimiento en un banco público. De este modo, todo aquel que lo desea puede ingresar al sistema bancario, contar con una tarjeta de débito y tener la posibilidad de acceder a créditos. Así se favorece el desarrollo social.
Pensemos en un ONG que, ante el alto índice de desempleo en una ciudad, comienza a desarrollar diversas iniciativas de capacitación laboral. Su objetivo es que las personas que no tienen trabajo, a partir de una mejor formación profesional, tengan más posibilidades de conseguir uno. La organización, con su iniciativa, contribuye al desarrollo social.
La defensa del multiculturalismo y la identidad cultural también forma parte del desarrollo social. En este contexto, una asociación civil que defiende los derechos indígenas contribuye al desarrollo social al luchar contra la discriminación y la exclusión.