La desconexión suele vincularse a una falta de comunicación por medios digitales.
Desconexión es el acto y el resultado de desconectar: cortar la conexión que existe entre dos o más elementos. Por lo general, el concepto de desconexión refiere a la interrupción de la comunicación o del enlace entre dispositivos o entre artefactos e individuos.
En la actualidad, la idea de desconexión suele asociarse a la pérdida de señal de telefonía y a la ausencia de conexión a Internet. Eso acarrea múltiples inconvenientes aunque también, en algunos contextos, favorece el descanso y la relajación.
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ResumenLa desconexión digital
La desconexión digital implica perder la conexión a Internet. Por lo tanto, se produce cuando una computadora (ordenador), un teléfono u otro dispositivo registra una interrupción o una interferencia que le impide acceder a la red.
Las conexiones pueden llevarse a cabo mediante fibra óptica, ADSL u otra tecnología. Hay dispositivos que necesitan estar vinculados a través de un cable con un módem o router, mientras que otros recurren a la conectividad inalámbrica (WiFi, datos móviles, etc.).
Las causas de la desconexión pueden ser variadas. Una falla de energía eléctrica que provoca un apagón, por ejemplo, deja sin acceso a Internet. La ruptura de equipos, los errores de cables, un fallo de red y otros problemas técnicos también llevan a la desconexión. En el caso de las conexiones inalámbricas, la distancia al router que emite la señal de WiFi y la falta de cobertura de telefonía dejan sin señal.
Hoy estar fuera de línea suele implicar quedar inoperativo a nivel laboral. La interrupción de Internet imposibilita la descarga de documentos y el uso del correo electrónico y de programas de mensajería instantánea, por mencionar algunas consecuencias. Por eso el funcionamiento normal de una oficina resulta casi imposible cuando hay una interrupción del servicio.
Un corte de luz puede llevar a la desconexión.
El desenchufe voluntario
Estar las 24 horas conectado al mundo digital brinda múltiples beneficios pero, a su vez, genera inconvenientes. En el ámbito del trabajo, esta realidad lleva a que muchos empleadores se contacten con sus empleados en cualquier horario, incluso en jornadas de descanso, para solicitar el cumplimiento de tareas laborales, sin que exista una recompensación por esa labor extra.
Para los trabajadores autónomos y los emprendedores, por otra parte, la conexión permanente hace que se borre el límite entre las obligaciones y el descanso. Muchas personas sienten que no pueden desatender los mensajes porque si lo hacen estarían en falta con sus clientes o perderían oportunidades.
La conexión constante incluso trae problemas de ansiedad en la vida cotidiana, más allá de las tareas laborales. Pretender estar al tanto de las publicaciones en las redes sociales produce ansiedad y, en algunos casos, hasta dependencia.
Por todos estos motivos, muchas veces se opta por una desconexión voluntaria. De este modo, el desenchufe no se produce por una cuestión técnica, sino que la propia persona elige «salir» de Internet o no estar disponible en teléfono.
En varias legislaciones, la desconexión es un derecho. Así se permite que el empleado no atienda mensajes asociados a sus responsabilidades laborales fuera del tiempo acordado de trabajo.
Es habitual advertir la desconexión al tener problemas de acceso a la Web.
Desconexión para el bienestar
Esta desconexión intencional es un mecanismo que contribuye a reducir el estrés. Después de todo, aquel trabajador que resulta inalcanzable para su jefe sabe que no recibirá mensajes inoportunos o que no corresponden.
Si alguien quiere estar en soledad y disfrutar del silencio en un retiro, por mencionar otra posibilidad, deberá proceder al apagado de su teléfono. Lo mismo cuando un individuo quiere entregarse a la meditación.
Las vacaciones desconectadas, en este marco, adquieren cada vez más popularidad. Bajo esta modalidad, las personas aprovechan el receso de las obligaciones para tomarse un descanso de la pantalla y pasar el tiempo libre sin tecnología
No se puede dejar de mencionar, de todas formas, que hay quienes consideran que el aislamiento digital y la desconexión de la red suponen un anacronismo. De acuerdo a esta mirada, decidir no conectarse representa una evasión de la realidad ya que los vínculos sociales, el acceso a la información y otras cuestiones se concretan gracias a la conexión.
El concepto en la psicología
Los psicólogos apelan a la noción de desconexión emocional para hacer alusión al aislamiento y ensimismamiento de un sujeto como mecanismo de defensa. La persona, además de forzar una separación con sus propias emociones, evidencia una desvinculación del entorno que lleva a una desconexión social.
Quien atraviesa una situación de este tipo se muestra desconectado de la realidad y evidencia un desapego para eludir situaciones o acontecimientos que le generan dolor. Con la represión de las emociones pretende resguardarse, aunque el efecto es negativo porque impide el aprendizaje y avanzar hacia una nueva etapa.
La psicología social, por otro lado, habla de la desconexión moral. En este marco, un sujeto se autoconvence de que las normas morales pueden no aplicarse en un determinado contexto, con lo cual una conducta que sería condenable pasa a ser aceptable según su consideración.
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