Lo primero que vamos a hacer es proceder a dictaminar el origen etimológico del vocablo que ahora nos ocupa. Al acometer esta labor nos encontramos con el hecho de que aquel emana del latín, y más exactamente del verbo deteriorare, que puede traducirse como «desgaste o empeorar».
Deterioro es la acción y efecto de deteriorar o deteriorarse (empeorar, estropear, degenerar o poner en inferior condición algo). El deterioro está asociado a la decadencia y puede referirse a las personas, las cosas o hasta entidades abstractas.
Deterioro del ser humano
En el caso de los seres humanos, el deterioro suele mencionarse como una consecuencia del paso del tiempo, de un accidente o de una enfermedad.
Existe, por lo tanto, alguna condición que lleva a la persona a empeorar su salud, condición física o capacidad mental. Por ejemplo: «Mi abuelo está bastante bien, aunque sufre el deterioro lógico de la edad», «El artista sufre una enfermedad degenerativa desde hace años y su deterioro es notable», «El deterioro de su salud se acrecentó después de ser afectado por una infección intrahospitalaria».
El DCL
Todo ello sin olvidar tampoco que existe lo que se conoce como deterioro cognitivo leve (DCL). Se trata concretamente de un paso previo a la demencia que supone que quien lo sufre vea como han empeorado sus facultades con respecto a las que se les puede presumir por su edad.
La pérdida de memoria es, sin lugar a dudas, el principal síntoma que presentan las personas que padecen este tipo de deterioro, que es más frecuente entre la población que supera los 65 años. Pero no sólo en eso, también se notará que está perdiendo facultades en ámbitos tales como el lenguaje o las habilidades que tienen que ver con la visión y el espacio.
No obstante, existen otras muestras claras de que un individuo está sufriendo este tipo de deterioro. En concreto, entre aquellas estaría el perder de manera habitual objetos como pueden ser las llaves o las gafas, el que se olvide por completo de acudir a citas importantes o el tener que necesitar más tiempo a la hora de mantener una conversación porque no encuentra las palabras adecuadas para lo que quiere expresar.
Es importante que cuando se perciban estos síntomas se acuda al médico pues los mismos vienen a indicar, en muchos casos, la aparición del Alzheimer.
El deterioro de los objetos y las cosas abstractas
Las cosas, por otra parte, se deterioran por el paso del tiempo, las condiciones climáticas o el uso, entre otros factores. La fachada de una casa puede estar deteriorada cuando, pese al paso de los años, nunca se le realizó un mantenimiento o una restauración.
Un coche estacionado a la intemperie durante años, por otra parte, también sufrirá el deterioro por acción del sol, la lluvia, etc. Aquellos objetos de uso intensivo, como un pantalón, se deterioran mientras cumplen su vida útil: «Me gusta esta casa, pero su deterioro es evidente», «La humedad que llega desde el mar incidió en el deterioro del automóvil», «Se me salió otro botón de la camisa: me parece que su deterioro ya es evidente».
Las entidades más abstractas, como la sociedad o la moral, también pueden sufrir deterioro: «Que una persona como González sea estrella televisiva refleja el deterioro cultural de este pueblo».