Un disco duro externo es un dispositivo de almacenamiento que funciona fuera del equipo para facilitar su transporte. Por eso también recibe el nombre de disco duro portátil.
Los discos duros (conocidos en algunos países como discos rígidos) son elementos informáticos que permiten almacenar datos que las computadoras (ordenadores) aprovechan durante su funcionamiento. Se trata de un elemento dotado con al menos un disco que se une a otros a partir de una misma estructura o eje donde hay, entre otras piezas, cabezales de lectura y escritura.
La mayor parte de los discos duros son internos (es decir, se localizan en el interior de la estructura o armazón de la computadora), lo que dificulta su extracción y traslado. El disco duro externo suele conectarse a la computadora a través de USB o Firewire, aunque hay algunos que mantienen las conexiones SCSI o SATA de los discos duros internos.
Característica de un disco duro externo
Resulta interesante mencionar que existen discos rígidos externos de pequeña dimensión y poca capacidad de almacenamiento (unos 2 GB) conocidos como microdiscos, mientras que otros son discos rígidos tradicionales con una carcasa que permite adaptarlos al uso externo y que pueden almacenar cientos de GB.
Las memorias USB, los CD-R y los CD-RW suponen una competencia para los discos duros externos, ya que también permiten el almacenamiento de archivos digitales y el intercambio de información. La ventaja para los discos rígidos externos es su mayor capacidad y la posibilidad de aprovechar, según el modelo, algunas funciones añadidas, como la grabación de vídeos directamente desde un televisor o una cámara MiniDV.
Cuando el disco duro externo puede conectarse a la TV para visualizar sus contenidos multimedia, se habla de disco duro multimedia. Este dispositivo dispone de conexión con cables de entrada y salida de audio y vídeo.
Su relación con la piratería
Una de las aplicaciones de los discos duros externos cuya popularidad ha crecido en forma exponencial en los últimos años es su conexión con las consolas de videojuegos de la generación actual (Nintendo Wii, Xbox 360 y Playstation) para ampliar su capacidad interna de almacenamiento, permitiendo guardar infinidad de títulos en formato digital. Con la importancia que las descargas de juegos están adquiriendo, opuesto a la forma tradicional de comprarlos, sin duda estos periféricos se han vuelto los mejores amigos de muchos jugadores que no quieren guardar pilas de cajas en sus armarios.
Sin embargo, como todo avance tecnológico, siempre existe una puerta que da acceso a los hackers para que modifiquen las reglas a su gusto y parecer, convirtiendo lo que en un primer momento fuera una propuesta para entrar en una nueva era, en un ámbito más para ejercer la delincuencia. En otras palabras, los discos duros externos colaboran inmensamente en la proliferación de la piratería, ya que es mucho más sencillo para una persona descargarse decenas de títulos y almacenarlos en un periférico que permite ser reescrito millones de veces que hacer una copia de cada juego en un DVD o, en el caso de las consolas de Sony y Microsoft, varios de ellos o en Blu-ray.
La crisis amenaza todos los sectores del mercado, y los motores gráficos evolucionan y se presenta la posibilidad de crear juegos de un realismo impresionante, lo cual se reflejará inevitablemente en un aumento de sus precios. Sin embargo, con un porcentaje tan alto de piratería, resulta más riesgoso que nunca embarcarse en el desarrollo de un título de alto presupuesto. Diversas opciones para prevenir las copias ilegales se han puesto en marcha en los últimos años y las compañías continúan elaborando nuevas estrategias; pero las barreras son carnada para los hackers, quienes siempre hallarán la forma de atravesarlas.