El elitismo es una tendencia, una postura o un sistema que defiende y promueve los intereses o la visión de una elite (o élite). Esto quiere decir que se trata de una predisposición a favorecer los gustos y las opiniones de una minoría selecta.
Individuos privilegiados
Con el elitismo, quienes integran una elite logran imponer su posición en diferentes asuntos, incluso en aquellas cuestiones que afectan a la totalidad de la comunidad o a grupos que no son privilegiados. El elitismo toma a la elite como un conjunto de individuos que son “superiores” al resto de los ciudadanos en términos intelectuales, culturales y morales, con lo cual tienen “derecho” a decidir sobre el resto.
Mientras que el pueblo es señalado como vulgar e inculto, la elite goza de un estatus más elevado. De este modo, el elitismo implica una confianza en los designios de la clase dominante, supuestamente capaz de impulsar el progreso de una nación sin perder ningún tipo de privilegio.
Elitismo y antielitismo
Dado que una interpretación del elitismo es la asignación de poder y privilegio a unos pocos, hay movimientos contrarios que se apoyan en el populismo, el comunismo, el igualitarismo o el socialismo para alcanzar la igualdad social. Existen ciertas medidas que pueden servir para luchar de una forma más directa contra esta desigualdad, como ser los impuestos a las personas más ricas.
Otra forma que cobra el antielitismo se conoce con el nombre de pluralismo. Se trata de un concepto de acuerdo con el cual las masas deberían ejercer su derecho a tomar las decisiones políticas, ya sea de manera directa o indirecta, pero con un grado de participación igualitario. No olvidemos que en la realidad este rol se asigna a una élite que no suele verse afectada por las medidas de gobierno, y que no comprende el modo en que vive la gente a quien sí afectan.
De manera opuesta al elitismo, por lo tanto, el pluralismo ofrece respeto y tolerancia a toda tendencia, posición y opinión del pueblo, para que las diferencias puedan ser reconocidas y no usadas en su contra.
Usos del término
En el lenguaje coloquial, la noción de elitismo tiene varios matices y acepciones. En ocasiones se emplea para aludir a la actitud de desprecio frente a las opiniones y las preferencias mayoritarias. Un intelectual que no mira televisión y menosprecia a todos los televidentes es un exponente de este elitismo.
El concepto también se utiliza con referencia a un contexto donde la elite disfruta ventajas que los demás integrantes de la sociedad no tienen. Un club que sólo acepta como miembros a personas con un cierto nivel adquisitivo y con un determinado grado educativo es una institución elitista.
Digamos que fuera de los límites del significado académico del término, en nuestro día a día lo usamos como herramienta de protesta ante las situaciones injustas que privilegian a unos en detrimento de otros, simplemente por contar con mayores recursos económicos o por haber nacido en familias acomodadas. Podemos quejarnos del elitismo de una institución, de una empresa o de una persona en particular, incluso si su actitud no refleja exactamente este concepto, pero en el habla cotidiana se acepta con total normalidad.
Así como otras formas de discriminación, el elitismo entendido como un conjunto de barreras que limita de manera arbitraria la libertad de ciertas personas es un problema social que no desaparece y que da lugar a diferentes manifestaciones. A diferencia de los animales, los seres humanos no siempre recibimos el respeto que merecemos, sino que en muchos casos lo obtenemos de manera pasiva, por tener un determinado apellido o por haber heredado una fortuna que nos da un pase gratuito a la elite.