En un primer acercamiento al concepto de ergometría resulta interesante analizar cómo se forma la palabra. En su composición encontramos al vocablo griego érgon (que puede traducirse como “trabajo”) y al sufijo -metría (que alude a una medición).
La noción de ergometría se utiliza en el ámbito de la medicina para hacer referencia a un estudio que permite medir el esfuerzo que realiza el organismo o que llevan a cabo ciertos músculos en una situación determinada. Se trata de una prueba que posibilita concretar diagnósticos a partir de los resultados obtenidos y que sirve para evaluar una enfermedad coronaria ya diagnosticada.
En qué consiste la ergometría
También mencionada como prueba de esfuerzo, la ergometría requiere que el paciente realice ejercicio físico en una bicicleta fija o en una cinta mientras se aumenta de manera progresiva el esfuerzo en base a un protocolo. Antes de iniciar el ejercicio, se le hacen dos electrocardiogramas (uno de pie y otro recostado) y luego, con la prueba ya en marcha, se monitorea la evolución electrocardiográfica de manera continua. Finalmente también se registra el funcionamiento cardíaco durante el periodo de recuperación mediante distintos métodos.
El monitoreo requiere la adhesión de electrodos al tórax del individuo. Dichos electrodos, a su vez, están conectados a una máquina.
La ergometría puede extenderse entre seis y doce minutos. El tiempo de recuperación, en tanto, se estima entre tres y cinco minutos.
Las observaciones médicas
El profesional de la salud que está a cargo de la ergometría debe prestar atención sobre todo cuando llega la instancia del esfuerzo máximo para ver si el individuo se queda sin aire o evidencia angina de pecho. Es importante mencionar que la prueba puede revelar trastornos cardiovasculares que no aparecen cuando el sujeto se encuentra en reposo.
Un paciente puede padecer una enfermedad coronaria que no impide el flujo sanguíneo normal en estado de reposo, pero que genera problemas con el esfuerzo físico. Esto se debe a que el esfuerzo incrementa el trabajo que concreta el corazón, el cual requiere de un mayor suministro de sangre en ese momento particular. La obstrucción de una arteria, en este marco, puede causar la angina de pecho y otras afecciones.
Se considera que la ergometría es positiva si se detectan alteraciones en los monitoreos cardíacos o si la persona sufre un dolor en el pecho mientras realiza el ejercicio. Existen casos de falsos positivos (cuando la ergometría parece indicar problemas que luego se descartan con estudios posteriores) y de falsos negativos (si la prueba resulta normal pero después se revela la existencia de una enfermedad cardíaca que no se pudo detectar con anterioridad).
Preparación del paciente y contraindicaciones de la ergometría
El paciente debe acudir al lugar donde se realizará la ergometría sin haber consumido bebidas alcohólicas o con cafeína y sin haber ingerido una comida abundante en las tres horas previas. Además no tiene que haber hecho ejercicio físico intenso en las doce horas precedentes.
Se recomienda, además, llevar ropa y calzado cómodos. El médico, por otra parte, puede indicar la suspensión de ciertas medicaciones el día anterior a la ergometría. Por supuesto, en cada caso particular, hay que consultar al especialista y seguir sus indicaciones.
La ergometría está contraindicada si la persona sufrió anginas de pecho múltiples o un infarto en los cuatro días previos o si registra una inflamación o una infección. Además algunas enfermedades neurológicas, problemas óseos y trastornos pulmonares pueden imposibilitar el desarrollo de esta prueba.