La etimología de estío nos lleva al vocablo latino aestīvum. El término hace referencia al verano: la estación más calurosa del año.
Verano
El estío, a nivel astronómico, se inicia con el solsticio de verano y finaliza con el equinoccio de otoño. Esto quiere decir que la estación comienza en torno al 21 de junio en el hemisferio norte y al 21 de diciembre en el hemisferio sur, mientras que culmina cerca del 23 de septiembre en el hemisferio norte y del 21 de marzo en el hemisferio sur.
Por las condiciones climáticas que suele presentar, lo habitual es que el estío propicie las actividades al aire libre. La temporada veraniega, además, favorece el turismo de playa.
Es interesante mencionar que, si bien hoy en día se entiende que estío y verano son sinónimos (tal como se indica en el diccionario de la Real Academia Española), tiempo atrás se trataba de estaciones distintas. En algunas regiones, hasta el siglo XVIII se reconocían cinco estaciones: la más calurosa era el estío, que seguía al verano y antecedía al otoño. Sobre las cinco estaciones escribió Miguel de Cervantes en “Don Quijote”, por ejemplo.
Vino del estío
Se conoce como vino del estío, por otra parte, a una bebida depurativa que se prepara con diente de león (la planta cuyo nombre científico es Taraxacum officinale). La receta incluye flores de esta especie, agua, azúcar, limón y naranja, entre otros ingredientes. Los beneficios del diente de león se enfocan en la salud del hígado, y se puede tomar en varias formas además de líquida, fría y caliente, ya que incluso se puede usar como ingrediente para una ensalada.
Nótese que el diente de león también se conoce por el nombre de achicoria silvestre y, si bien para el vino del estío se usan sus flores, toda la planta es comestible. Sus hojas son ricas en provitamina A, hierro y calcio, además de tener propiedades diuréticas y prevenir los calambres. Con respecto a sus raíces, se suelen tostar y moler antes de consumir. A continuación veremos los ingredientes específicos que necesitamos para preparar vino del estío:
* flores de diente de león, habiéndoles quitado los pedúnculos, 3 litros;
* agua hirviendo, 2 litros y medio;
* agua fría, 2 litros y medio;
* naranjas, 2;
* limón, 1;
* azúcar, 1 kilo y medio;
* clavos de olor (ingrediente opcional);
* pasas de uvas troceadas, 1 taza y media;
* té tibio, 2 cucharadas;
* levadura fresca, 1 cucharada.
Con respecto a la elaboración, debemos colocar las flores en un recipiente y agregar el agua hirviendo, para luego cubrirlas con un paño y dejarlas en reposo durante dos días, sin olvidarse de removerlas al menos una vez al día. Luego, escurrimos el agua y la pasamos a otro contenedor, donde también ponemos las cáscaras de las dos naranjas y del limón cortadas en tiras delgadas, junto con el azúcar. Revolvemos bien para que todo se mezcle adecuadamente. Hervimos esto a fuego lento durante treinta minutos; éste es el momento de agregar clavos de olor.
Por otra parte, mezclamos las pasas de uva con el zumo del limón y las naranjas, y echamos el agua del hervor junto con el agua fría. Cubrimos la nueva mezcla y la dejamos reposar hasta que esté fría. Seguidamente, agregamos el té tibio y la levadura, y dejamos todo cubierto duranto dos días más. Llega el momento de colar la mezcla final y conservarla embotellada, bien tapada y en una habitación oscura hasta que fermente, un proceso que puede tomar hasta un mes.
Novela El vino del estío
“El vino del estío”, por último, es el título con el cual se tradujo al castellano la novela “Dandelion Wine”, escrita por el estadounidense Ray Bradbury. Fue publicada en 1957 y tuvo una continuación en 2006.