Las estrategias corporativas encaminan a las empresas en dirección al cumplimiento de metas fijadas a largo plazo.
Estrategia corporativa es una noción que alude al plan global que diseña e implementa una empresa u organización en vista al cumplimiento, a largo plazo, de los objetivos corporativos.
Las acciones que van proyectándose se orientan a facilitar la toma de decisiones; a reconocer y aprovechar oportunidades de crecimiento; a potenciar fortalezas y, en definitiva, a la obtención del mejor resultado posible.
En pos de definir y adoptar la estrategia más adecuada, dicen los expertos en el tema, es esencial conocer al detalle la dinámica interna y la realidad externa de la compañía o entidad.
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ResumenTipos de estrategia corporativa
Hay diferentes tipos de estrategias corporativas, los cuales se van diseñando y motorizando de acuerdo a valores, necesidades y posibilidades empresariales. Más allá de las particularidades de cada táctica, todas persiguen el desarrollo y la estabilidad.
Cuando una firma apunta a su ampliación en materia de alcance y magnitud, por ejemplo, se analizan y aplican estrategias de crecimiento. Existen, en este marco, maniobras de crecimiento orgánico destinadas al aprovechamiento de recursos propios para acrecentar su capacidad y así conseguir una expansión de mercado. Las opciones de crecimiento inorgánico, en tanto, suponen un incremento del volumen de negocio por parte de una firma a través de fusiones y adquisiciones.
La diversificación, por señalar otra alternativa, es una estrategia que lleva a crecer de la mano de la multiplicidad de negocios, es decir, de desarrollar proyectos comerciales en diferentes ramas industriales.
Tampoco se pueden pasar por alto la integración vertical (que contempla la gestión de la cadena de suministro sin delegar tareas, ocupándose de cuestiones como la producción de materia prima hasta la distribución del producto) ni la integración horizontal (estrategia basada en adquisiciones y fusiones con la intención de minimizar costes y expandirse tanto a nivel geográfico como en cuanto a la producción).
Las estrategias de estabilidad y las estrategias de reducción (segmento que nuclea a la estrategia de desinversión, a la liquidación y a la reestructuración) son otras alternativas a considerar.
Es interesante tener presente que las estrategias corporativas siempre van a depender del contexto, tamaño o rubro del cual se trate. Así, entonces, se diferencia entre estrategias propias de cada ámbito (puede ser del ámbito de las finanzas, del sector tecnológico, del rubro de la salud, etc); estrategias aptas para pymes y otras compatibles con las necesidades y chances de las empresas multinacionales.
La visión empresarial define el rumbo del plan corporativo para cumplir los objetivos planteados y aporta claridad a la toma de decisiones.
Características
La estrategia corporativa se caracteriza por pensarse a largo plazo y debe diseñarse una vez que se analiza internamente a una compañía. Es fundamental establecer, en primer lugar, la identidad de la empresa, cuál es su meta o propósito y de qué manera se buscará cumplir los objetivos, por ejemplo.
El plan, de igual modo, dependerá de qué etapa atraviesa la entidad (si está en fase de desarrollo, crecimiento, madurez o declive) y de qué táctica posibilita arribar al resultado anhelado.
Una firma que busca progresar y evolucionar, por detallar algunas posibilidades a modo orientativo, puede centrar sus esfuerzos y decisiones en la creación de una línea de negocio nuevo y/o en el desarrollo de nuevos productos.
La estrategia de fusiones y adquisiciones puede brindar ventajas competitivas y propiciar así el crecimiento empresarial.
Técnicas y herramientas de estrategia corporativa
A lo largo de los años han ido surgiendo varias herramientas y técnicas de estrategia corporativa.
Entre los recursos de análisis empresarial para poder identificar los factores internos y externos que inciden en la viabilidad de servicios, productos y el posicionamiento de marca o empresa adquiere relevancia el llamado análisis DAFO.
Es útil, asimismo, el análisis PESTEL, aliada del reconocimiento, clasificación y exploración tanto de oportunidades como de amenazas externas que afronta una empresa en la actualidad.
Según se advierte al profundizar los saberes al respecto, también es enriquecedor aprovechar el modelo que ideó décadas atrás el profesor Michael Eugene Porter. Se trata de un estudio bautizado en español como análisis de las cinco fuerzas de Porter. El plan comprender examinar el poder de negociación de consumidores o clientes; el poder de negociación de vendedores o proveedores; la amenaza del surgimiento de una mayor competencia; la amenaza que representan los productos competidores que van sustituyendo a los existentes y el estado de la rivalidad entre competidores.
Con la matriz BCG (conocida también como Matriz de Boston Consulting o Matriz de Crecimiento – Participación), por otra parte, es posible efectuar un análisis clave para la planificación estratégica de una compañía.
Vale saber, en este marco que las ventajas competitivas de una firma pueden distinguirse y trazarse gracias al modelo de carácter teórico focalizado en la cadena de valor. Para gestionarla es posible elegir entre un enfoque coordinado, uno centralizado, uno colaborativo o uno competitivo.
Por último es necesario hacer alusión a la muy eficaz matriz GE-McKinsey. Con ella, las compañías consiguen analizar diversos mercados y estudiar la rentabilidad de ciertos productos o servicios. Sus bases, distribuidas en ejes cartesianos, son el nivel de fortaleza de una unidad de negocios y el otro es el grado de atractivo del mercado. Ambos pueden oscilar entre bajo, medio o alto.
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