
El género es un motivo de estratificación social.
La estratificación social es la organización de los miembros de una comunidad en una estructura jerárquica. El concepto hace referencia al resultado de la desigualdad económica y cultural, que ubica a las personas y los grupos en diferentes posiciones dentro de la sociedad.
Es importante indicar que la idea de estratificación alude a una disposición en estratos: es decir, en niveles o capas. En una sociedad, los recursos y las oportunidades no se distribuyen con equidad, con lo cual hay muchos individuos que forman parte de la clase baja (la menos favorecida), otros que integran la clase media y algunos pocos que componen la clase alta (la de mayores privilegios).
El origen de esa estructura de poder basada en las distintas jerarquías es analizado de diferentes formas. El marxismo (derivado de las ideas de Karl Marx) asocia la posición al hecho de ser dueño, o no, de los medios de producción; para el weberianismo (sustentado en los postulados de Max Weber), en cambio, los grupos sociales se forman por una serie de factores multicausales como el poder político, el estatus social y la riqueza. Asimismo, desde el liberalismo se atribuyen las diferencias sociales al esfuerzo y el talento de cada individuo.


Características de la estratificación social
La estratificación social se caracteriza por la jerarquización. Es habitual que se use la imagen de una pirámide para representar los diversos niveles: la capa inferior es la más amplia y, a medida que se asciende, cada escalón es más pequeño.
Por lo general, existe la movilidad social. Esto quiere decir que una persona puede pasar de una posición a otra. No obstante, el camino ascendente es muy difícil ya que existen numerosos obstáculos simbólicos y materiales.
La dificultad de progreso también está vinculada a que la estructura derivada de la estratificación social tiende a mantenerse en el tiempo. La posición social se hereda a partir de la transmisión de conocimientos, valores simbólicos, códigos y bienes.
Hay que tener en cuenta que la elite dominante, que acapara el capital económico y simbólico, suele presentar la estratificación social como funcional o lógica. Así explica la marginación y la pobreza estructural en virtud del mérito, ocultando la desigualdad de oportunidades de progreso que existe en la realidad.

La desigualdad educativa genera una estratificación social.
De lo individual a lo estructural
Como ya indicamos, la estratificación social puede entenderse como el resultado de las acciones individuales o de una estructura. Cuando la mirada se centra en el individuo, se explica la desigualdad a partir del mérito de cada ser humano. Esa visión se conoce como meritocracia: un sistema que posibilita el ascenso social de acuerdo a los logros de los sujetos.
La corriente estructuralista, en cambio, manifiesta que la sociedad incluye la desigualdad como uno de sus componentes y que ya determina previamente qué estrato ocupará cada individuo más allá de lo que hagan. Esto implica que las clases sociales agrupan a quienes comparten vivencias y se enfrentan a situaciones semejantes en una comunidad, siendo muy difícil trascender ese contexto independientemente de los méritos individuales.
Dicha concepción estructural entiende que nunca existió una sociedad igualitaria y que la desigualdad forma parte de la convivencia humana desde siempre. El funcionamiento social, de hecho, se sustenta en esa potestad diferenciada para acceder y administrar los recursos.

El Estado de bienestar busca reducir las diferencias vinculadas a la estratificación social.
Tipos de estratificación social
La estratificación social puede concretarse de distintas maneras y atendiendo a diversos criterios. En el capitalismo, suele distinguirse entre clases sociales que se determinan principalmente por el nivel económico, aunque también pueden contemplarse otras variables en la delimitación.
Una persona puede pasar de una clase social a otra según sus ingresos, la propiedad de bienes, etc. La estratificación, por lo tanto, no es estática. En cambio, en un sistema de castas como el que existe en India, la estratificación social es cerrada (un individuo no puede dejar de pertenecer a su grupo y sumarse a otro) aunque en los últimos años ha perdido rigidez. La pertenencia a una u otra casta está definida desde el nacimiento: incluso existen los dalits o parias que están afuera del sistema y son marginados de la sociedad.
En las sociedades capitalistas además se presentan otras clases de estratificación social que son más sutiles. Así se establecen niveles de acuerdo a la educación (analfabetos, estudiantes, graduados), el trabajo (desempleados, empleados, empresarios) o incluso la edad (niños, jóvenes, adultos, ancianos).
Un tipo de estratificación social que se registraba en la antigüedad era la esclavitud. Los esclavos pertenecían a sus amos -siendo forzados a trabajar para ellos- y carecían de la mayoría de los derechos.
Algunos ejemplos
Tomemos el caso de un niño que nace en un barrio marginal, como una favela o una villa miseria. Sus padres no completaron sus estudios primarios y no tienen empleo estable. Si bien no hay trabas legales o formales que le impidan progresar, es evidente que el lugar de nacimiento condiciona las posibilidades de progreso de ese chico debido a la estratificación social. Decir que vive en una favela o villa ya lo expone a la discriminación.
Pensemos ahora en alguien que pertenece a la aristocracia de su ciudad. Por su apellido goza de prestigio y se le concede un rol social privilegiado. En su caso, la estratificación social lo encuentra ocupando el nivel superior y en una posición de dominación sobre el resto.