El término estrépito procede del vocablo latino strepĭtus. El concepto hace referencia a un ruido importante, de intensidad elevada.
Un ruido impactante
Se llama ruido, por otra parte, a un sonido que carece de articulación y que suele resultar desagradable. En el caso del estrépito, dicho sonido es muy fuerte y tiende a impactar o sobresaltar a quienes lo oyen.
Cuando se produce una explosión, por mencionar un caso, se genera un estrépito. El estallido libera energía sonora (que transporta ondas de sonido). Por ejemplo: “El estrépito provocado por la detonación de la bomba se oyó a varios kilómetros a la redonda”, “Hubo una fuga de gas en el centro cultural que causó una explosión, cuyo estrépito conmovió a los vecinos”, “En mis pesadillas aún oigo los estrépitos de los misiles estallando…”.
Los impactos de gran magnitud también originan un estrépito: “La colisión de las dos formaciones ferroviarias produjo un estrépito ensordecedor”, “La demolición de la estructura originará un estrépito que seguramente asustará a los animales que viven en la zona”, “Al oír el estrépito, supuse que la repisa llena de botellas se había caído”.
El estrépito se «oye»
En este contexto, así como en el de cualquier otro concepto que describa un sonido o un ruido, es importante recordar las diferencias entre los dos verbos más usados para designar las funciones de nuestro sistema auditivo: oír y escuchar. Si bien a menudo nos encontramos con el segundo usado en ambos sentidos, tienen significados bien diferenciados y complementarios.
El verbo oír se define como «percibir sonidos con el oído». Aunque en el habla cotidiana no se use siempre con este sentido de manera estricta, oír es algo que ocurre de forma involuntaria: no podemos forzarlo, pero sí podemos evitarlo. Dicho de otra manera, oímos porque nuestro sentido funciona, queramos o no hacerlo; nuestra única forma de controlarlo es cubriendo nuestros oídos para aislar el sonido exterior.
Por otra parte, llega el verbo escuchar, que significa «atender aquello que se oye». En otras palabras, éste es el verbo que se realiza con intención; por ejemplo: si quiero saber de qué están hablando en otra habitación y naturalmente no oigo la conversación, me acerco a la puerta para escucharla. Claro que, como se explica en la definición del término, si escucho es porque puedo oír.
En el caso de un estrépito, dado que es un ruido que por lo general nos toma por sorpresa, en la mayoría de los casos el verbo correcto para describir nuestra percepción del mismo es oír. Distinto sería escuchar intencionalmente la grabación de una explosión para analizarla: en ese caso, incluso se pueden combinar ambos verbos: «He escuchado varias veces el estrépito, pero no oigo nada que me indique sus causas».
En sentido figurado
También se conoce como estrépito a la pompa, la suntuosidad, el alarde o el aparato con que se lleva a cabo una acción o se concreta algo: “Ingresó al salón con estrépito con el objetivo de que todos advirtieran su presencia”, “El camarero se resbaló y terminó en el suelo con estrépito”, “Exagerando su cordialidad, el actor saludó con estrépito a los trabajadores de prensa que lo esperaban a la salida del teatro”.
Así como en su sentido más estricto, el término estrépito describe un ruido imposible de ignorar, este sentido de «ostentación» debe entenderse también como un esfuerzo por conseguir que los demás nos presten atención sin excepción.
La RAE nos presenta la siguiente locución adverbial usada en el ámbito del derecho: sin estrépito ni figura de juicio. Su significado es proceder de manera breve en ciertos negocios, sin atender todas las formalidades propias de un juicio.