El occitano estug derivó, en nuestro idioma, en estuche. Así se denomina a la cobertura o funda que se emplea para guardar y proteger determinados objetos.
Por ejemplo: “Por favor, alcánzame el estuche de la guitarra”, “No encuentro el estuche de mis gafas”, “Para mi cumpleaños, mi esposa me regaló un bolígrafo en un estuche de madera que tiene mis iniciales grabadas”.
Los estuches tienen diferentes características según el tipo de elemento que deben almacenar. En ocasiones se asimilan a cajas, mientras que en otros casos son envolturas. La rigidez y el tamaño del estuche están directamente vinculados a lo que guarda.
Hay estuches de plástico, madera, cuero y cartón, entre otros materiales. Muchos estuches tienen cierre (cremallera) y otros cuentan con botones o mecanismos similares.
No solo es importante la estructura del estuche para resistir golpes o resguardar el producto ante la acción de múltiples factores externos: también resulta relevante su acondicionamiento interior. Dependiendo de cómo esté diseñado el sector interno del estuche, lo guardado quedará inmovilizado y, de este modo, protegido ante una caída o el movimiento durante traslados.
Por lo general se busca que el acondicionamiento interno del estuche se adapte el objeto que se guarda en él. De este modo se minimiza su impacto contra las paredes o contra los bordes del estuche. Este acondicionamiento también favorece la organización cuando el estuche sirve para guardar más de una pieza.
Los bolígrafos o biromes; las lapiceras (plumas); los relojes; los anillos; los instrumentos musicales; los anteojos (gafas); y los cuchillos son algunos de los artículos que suelen guardarse y trasladarse en estuches.
La versatilidad de los estuches no sólo se manifiesta en la inmensa variedad que existe de ellos en el mercado, sino también en el hecho de que muchas personas puedan fabricar los suyos propios usando un gran número de materiales diferentes. Sobra decir que los más fáciles de hacer en casa son los pequeños, aunque los más hábiles se aventuran a crear todo tipo de modelos.
Como se menciona en párrafos anteriores, una de las funciones del estuche es la protección de un objeto durante el transporte, y para cumplirla debe contar con una capa externa suficientemente rígida y resistente a los factores con los que se encontrará en las situaciones normales. En el caso del estuche para gafas, dado que suele llevarse en el bolso junto con muchas otras cosas, suele fabricarse en plástico u otro material duro, para evitar la rotura de los cristales causada por algún objeto punzante.
Sin embargo, también hay estuches para gafas hechos en tela o materiales flexibles, y esto responde al hecho de que no siempre llevamos en el bolso cosas que puedan dañar los cristales, aunque también pueden servir para guardarlos en un bolsillo, donde un estuche rígido sería más incómodo de llevar.
El caso del estuche para guitarra es similar: por lo general, suele ser muy rígido y resistente a golpes y caídas, con una capa exterior bien dura y una interna muy suave, para que no se raye el instrumento. Por otro lado, también hay estuches flexibles, ideales para viajes cortos y poco arriesgados, o bien para no sumar tanto peso al sujeto.
En la actualidad, gracias a la popularidad de las impresoras 3d, muchas personas se aventuran a crear sus propios estuches rígidos, haciendo uso de herramientas de diseño. Una de las grandes ventajas de las creaciones de este tipo es que pueden compartirse muy fácilmente a través de Internet, para que otros usuarios no tan hábiles en este campo de la informática las impriman y las usen, o bien les hagan tantas modificaciones como deseen.