El vocablo griego eucharistía, que hace alusión a la acción de gracias, llegó al latín tardío como eucharistĭa. Ese es el antecedente etimológico inmediato de eucaristía, término que se emplea de distintas maneras en el ámbito del catolicismo.
El primer significado de eucaristía que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) refiere a un sacramento: es decir, a un signo sensible de la gracia divina que tiene incidencia en el alma del ser humano. En concreto, la eucaristía es el sacramento que, a través de una alocución de un sacerdote, convierte el vino y el pan en la sangre y en el cuerpo de Jesucristo.
La eucaristía como sacramento
Puede decirse que la eucaristía es un ritual que hace posible la transustanciación del vino y el pan en la sangre y el cuerpo de Jesús. Esta transformación se registra sin que el aspecto de estos productos se modifique.
En concreto, el vino que se emplea en la eucaristía es una bebida alcohólica elaborada mediante la fermentación del mosto de la uva, mientras que el pan es una hostia (una lámina redonda de pan que se realiza sin usar levadura). La fe católica sostiene que, al consagrar estos productos, se transustancian en la sangre y la carne de Jesucristo, respectivamente.
Desde una mirada racional, por supuesto, el vino y el pan siguen siendo justamente eso, ya que las palabras de una persona no pueden modificar la materia. Por lo tanto, la consideración de la eucaristía depende de la religión que se profese.
Origen de la transustanciación
De acuerdo a los teólogos del catolicismo, fue el propio Jesucristo quien instituyó el sacramento de la eucaristía. El acontecimiento tuvo lugar en la llamada Última Cena, cuando tomó pan y vino, se los entregó a sus discípulos diciéndoles que se trataba de su carne y su sangre y les pidió que siguieran haciendo esta práctica en conmemoración suya.
En la actualidad, la Iglesia católica sostiene que solamente los sacerdotes están habilitados para hacer la consagración, acción que se desarrolla en el marco de la misa. Para que se produzca la transustanciación, el clérigo pide a Dios que proceda a la transformación y luego pronuncia palabras que se le atribuyen a Cristo. Una vez que, según la fe, se concreta el cambio, los fieles son invitados a comulgar.
Todos los católicos están habilitados a recibir la eucaristía, excepto quienes tienen un pecado mortal sin confesar. En dicho caso, se le solicita al creyente que primero se confiese ante un sacerdote.
La eucaristía como hostia
El término eucaristía, además de aludir al mencionado sacramento, puede nombrar específicamente a la hostia. Como ya indicamos líneas arriba, la eucaristía u hostia es una pequeña pieza de pan elaborado sin levadura (o sea, de pan ácimo).
Para preparar la eucaristía, se usa harina de trigo. Por lo general se recurre a una mezcla de harinas de diferentes clases de trigo, que se amasan con agua. Luego la masa se extiende sobre planchas que se calientan para la cocción y por último se cortan las hostias con la forma característica. El proceso, de todos modos, puede variar ya que hoy también se emplean máquinas que automatizan las tareas.
Se estima que la eucaristía surgió a partir del matzá, otro pan ácimo. El matzá integra las comidas tradicionales judías, siendo consumido en el Pésaj. Su preparación lleva avena, cebada, centeno, espelta y trigo.