La facturación es el registro de un trabajo para exigir su correspondiente pago.
Facturación es el acto y el resultado de facturar: realizar y/o entregar una factura. Se llama factura, en tanto, al documento que presenta un detalle de los servicios prestados o los productos vendidos y que se da al comprador o cliente para pedir su pago.
TemasRegistro de trabajos realizados
La facturación, de este modo, es el proceso a través del cual una empresa o un profesional registran un trabajo realizado, de manera tal que puedan solicitar que dicha labor sea abonada. La noción también hace referencia al conjunto de los elementos facturados y a la suma de los mismos.
Se puede entender a la facturación como un requisito legal. Quien desarrolla una actividad comercial tiene la obligación de emitir facturas, ya que esa documentación es imprescindible para la aplicación de los impuestos correspondientes.
Cada factura que genera un local de venta de indumentaria, por mencionar una posibilidad, incluye un componente impositivo. No es lo mismo facturar 1000, 5000 u 800 000 pesos por mes: a medida que crece la facturación, también lo hace el dinero que hay que entregar al Estado en concepto de impuestos, debido a que usualmente se determinan según un porcentaje sobre las ventas.
Hasta hace pocos años, la facturación se plasmaba en documentos impresos (es decir, en hojas de papel). Con el avance de la tecnología, actualmente es habitual la facturación electrónica. En este caso, el vendedor o el prestador del servicio deben acceder a un sistema informático y consignar los datos de la operación para generar un documento digital, que luego se le envía al cliente/comprador vía correo electrónico.
Tipos de facturas electrónicas
La facturación electrónica no hace referencia a una sola forma de plasmar en un documento digital dicho registro de operaciones, sino que en este ámbito también podemos distinguir al menos dos tipos según su formato, que puede ser estructurado o no estructurado. En el primero encontramos las facturas que se pueden generar de manera automática a través de un sistema informático, tanto por parte del emisor como del receptor. Digamos que es un documento que plasma datos que no requieren la intervención de una persona para su elaboración porque respetan un lenguaje rígido.
El formato no estructurado, por otra parte, es el que no se cifra en ningún lenguaje. Entra en el ámbito de la facturación electrónica porque puede enviarse por correo electrónico u otro medio telemático, pero no es más que una imagen. En este caso, si el receptor desea registrar una factura de este tipo en su sistema informático, deberá hacerlo manualmente o recurriendo a algún programa de reconocimiento de caracteres fiable, que pueda «leer» la imagen y plasmar sus datos en una base.
La agilidad y la mayor fiabilidad son dos ventajas de la facturación electrónica.
Facturación electrónica: ventajas
Sin duda, el ahorro de recursos es el primer punto que salta a la vista. Tanto para tomar consciencia del impacto que la explotación forestal tiene en el medio ambiente como para reducir los costes de insumos, la emisión digital es mucho más amigable que el uso del papel y la tinta. Otra ventaja se puede apreciar en los tiempos, que son mucho menores: desde la emisión hasta el envío, el proceso es más ágil. Esto también se puede notar en el espacio necesario para el almacenamiento, que se cuenta en centímetros contra los tradicionales edificios de archivos.
El fraude es un concepto que a menudo se menciona en el ámbito de la facturación; usar sistemas informáticos especializados reduce considerablemente la posibilidad de manipular los valores. Incluso cuando no existe mala voluntad por parte del emisor, los seres humanos somos mucho más propensos a cometer errores que los ordenadores, de manera que otra ventaja de la facturación electrónica es el mayor grado de corrección.
