La formación continua es el proceso permanente que lleva a cabo una persona para la adquisición de nuevos conocimientos y destrezas. Se trata de la práctica o el hábito que impulsa a capacitarse de forma constante y más allá de la educación obligatoria o incluso formal.
Puede asociarse la formación continua al aprendizaje a lo largo de la vida. De acuerdo a esta perspectiva, la formación de un individuo no finaliza al graduarse, sino que la actualización de habilidades y el estudio de nuevos temas siempre son indispensables tanto para el desarrollo personal como para el desarrollo profesional.
Características de la formación continua
Los orígenes de la formación continua como concepto se remontan a 1929, cuando el pedagogo británico Basil A. Yeaxlee (1883–1967) publicó un libro titulado «Lifelong Education» («Educación para toda la vida»). Sin embargo, el reconocimiento a la importancia de seguir aprendiendo en la adultez ya aparece en el pensamiento de Sófocles, Platón y otros filósofos de la Antigua Grecia.
Ya en el siglo XX, a partir de Yeaxlee y otros autores, se empezó a hacer hincapié en la necesidad de fomentar el aprendizaje después de la infancia y la juventud y trascendiendo a los centros educativos tradicionales. Entrando al siglo XXI, la formación continua se convirtió en una premisa muy difundida en el mundo corporativo, sobre todo debido a los avances tecnológicos que se suceden a enorme velocidad.
Conceptos relacionados
Muchas veces se asocia la formación continua a la educación para adultos. No obstante, la noción va más allá. La idea de formación continua no se vincula a la edad de quien aprende, sino a la actitud o predisposición de no dar por concluida la capacitación en ningún momento.
La formación continua tampoco tiene que ver con la graduación o titulación. Si bien el aprendizaje puede ser certificado o revalidado con un título, hay saberes que pueden adquirirse o desarrollarse sin acudir a una institución académica y que tienen validez aún sin dar acceso a un diploma.
Puede decirse, para simplificar, que la formación continua implica seguir aprendiendo una vez completada la educación básica o académica. Por eso suele hablarse de educación por extensión o de extensión educativa, ya que contempla propuestas que no apuntan a una certificación o que, si bien otorgan un título, eso no es lo principal.
Importancia de la formación continua
La importancia de la formación continua es notoria en la actualidad. Esta cuestión está asociada a la velocidad con que hoy se dan los cambios sociales y a las exigencias del mercado laboral.
Los cambios tecnológicos y la globalización hacen que ya no alcancen los conocimientos de la escuela y que muchas veces hasta sean insuficientes los materiales universitarios. Por otra parte, los contenidos que hace tres o cinco años eran válidos pueden quedar desactualizados por el contexto.
Frente a esta realidad, se requiere de formación continua para insertarse, mantenerse o progresar en el ámbito laboral y profesional, pero también para adaptarse a las demandas de la sociedad. De hecho, la comprensión de la realidad y la integración social demandan una capacitación permanente.
Cómo aprender a lo largo de la vida
Las opciones para la formación continua son numerosas. Hay propuestas destinadas a la capacitación profesional y a la especialización, aunque también alternativas para la formación en habilidades blandas, por ejemplo.
Hay centros de capacitación, institutos de formación y asociaciones profesionales que contemplan la formación continua. Los talleres, los seminarios, los simposios y las conferencias están entre los ciclos y los eventos que suelen organizarse.
Puede diferenciar entre los cursos presenciales y los cursos en línea, aunque ambas metodologías pueden combinarse o complementarse sin problemas. La ventaja de la formación a distancia es que no exige un desplazamiento hacia un lugar determinado y además suele favorecer una gestión autónoma del tiempo. Las plataformas e-learning (entornos virtuales de aprendizaje) generalmente ponen el material didáctico a disposición a los estudiantes para su consulta en cualquier momento. Así es posible aprender a través de webinars o MOOC (cursos online masivos y abiertos) manejando los horarios propios de acuerdo a las necesidades.
No puede dejar de considerarse que la formación continua es posible mediante un aprendizaje autodirigido. A diferencia de la mentoría, el coaching o las tutorías, en este caso el estudiante debe impulsar y administrar todo el proceso. Consultar publicaciones y revistas especializadas en una temática, por mencionar una posibilidad, permite aprender por afuera de lo académico y sin apoyo externo.
La formación continua y las empresas
Los beneficios de la formación continua para un trabajador son evidentes: contribuye a la inserción y el reciclaje profesional y mejora las posibilidades de progreso. Sin embargo, es importante subrayar que las empresas también se favorecen al incentivar la formación continua.
Una mejor formación técnica puede aportar a la calidad y la productividad. Los cursos de idiomas y la formación en TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) de los empleados, asimismo, son positivos para la compañía en general.