La forma de gobierno es el sistema político que rige en un Estado. Se trata del tipo de régimen que establece la organización del poder de una cierta forma.
La adopción de una determinada forma de gobierno puede obedecer a cuestiones históricas, religiosas, culturales o coyunturales. El modelo instaurado determina cómo los gobernantes están habilitados a actuar para llevar adelante su gestión.
Qué son las formas de gobierno
Las formas de gobierno son maneras de organizar el poder político. Están asociadas a las características de la estructura estatal y a sus instituciones.
La Constitución, que es la ley suprema de un Estado, indica cuál es la forma de gobierno que rige en su territorio. De este modo, instaura la modalidad de ejercicio de la autoridad.
La forma de gobierno define las obligaciones y las responsabilidades de los encargados de la administración pública. Asimismo precisa las relaciones entre los diversos organismos estatales.
La división de poderes
La división de poderes es un concepto central en las ciencias políticas y en la determinación de las formas de gobierno. Muchos Estados se basan en la separación propuesta por el filósofo Montesquieu (1689–1755).
De acuerdo a este pensador francés, existe una tendencia del ser humano a abusar de su poder hasta que se topa con un límite. Por lo tanto, para evitar estos abusos, se debe encontrar una disposición adecuada que lleve a un poder a detener a otro poder.
La teoría de la separación de poderes de Montesquieu se basa en la existencia simultánea de tres poderes estatales donde cada uno controla y vigila al otro, impidiendo el predominio de alguno: el poder legislativo (que se encarga de elaborar las leyes), el poder ejecutivo (dedicado a ejecutarlas) y el poder judicial (a cargo de la interpretación de las normas, las cuales también hace cumplir mediante sus dictámenes). Según el reconocimiento y el nivel de independencia de estos poderes, la forma de gobierno será de uno u otro tipo.
Tipos de formas de gobierno
Las formas de gobierno pueden clasificarse en distintos tipos. Una primera clasificación llevada a cabo por filósofos de la Antigua Grecia como Platón y Aristóteles distingue entre la democracia (el gobierno de la mayoría o de la multitud), la aristocracia (el gobierno de la oligarquía o de los mejores) y la monarquía (el gobierno de una sola persona).
En estos tres grandes grupos, a su vez, se pueden reconocer subdivisiones o ramas. La democracia, por ejemplo, puede ser directa (si las decisiones las toma el pueblo directamente), participativa (cuando los ciudadanos pueden asociarse para influir en lo político de un modo directo o existen mecanismos de tipo plebiscitario) o representativa (la gente elige representantes que deciden en nombre de la ciudadanía).
Otra manera de diferenciar entre las formas de gobierno se centra en los rasgos del sistema político. En este marco, es posible aludir a la república y la monarquía.
En una república, la autoridad máxima (el jefe de Estado o jefe de gobierno) es elegida por el Parlamento o Congreso o por los propios habitantes para un periodo específico. En una monarquía, en cambio, la jefatura del Estado es ejercida por un sujeto que heredó el poder y que lo puede transmitir de la misma manera.
Diferentes clases de repúblicas
Hay diferentes clases de repúblicas. Según los criterios que se consideren, una forma de gobierno puede inscribirse en más de un grupo.
Una república constitucional se basa en la división de poderes y en el imperio de la Constitución. Si en la forma republicana de gobierno el jefe de Estado carece del poder ejecutivo real ya que éste le fue otorgado al jefe de gobierno (primer ministro), elegido generalmente por el Parlamento, se trata de una república parlamentaria. La república presidencialista, en cambio, tiene al presidente votado por el pueblo a cargo del poder ejecutivo.
En una república federal, en tanto, el territorio está dividido en entidades agrupadas que mantienen una cierta autonomía administrativa. Un Estado puede estar como organizado como una república federal y presidencialista, por mencionar una posibilidad.
Nociones como parlamentarismo, presidencialismo y federalismo, en definitiva, pueden asociarse a estas formas de gobierno.
Las formas de gobierno de la monarquía
Las formas de gobierno de la monarquía también son variadas. Una monarquía absoluta es aquella en la cual el rey ostenta los tres poderes y su autoridad suele legitimarse a partir de una ley divina. Es, por lo tanto, un modelo de totalitarismo.
En una monarquía parlamentaria, el monarca asume la jefatura del Estado aunque su accionar queda supeditado a un Parlamento que se encarga del ejercicio del poder legislativo y a un Gobierno que cuenta con el poder ejecutivo. La monarquía constitucional también contempla la división de poderes, aunque el rey generalmente controla al poder ejecutivo y posee un margen de acción que resulta más amplio.
La organización económica
La organización económica de la sociedad está vinculada a la forma de gobierno, aunque puede amoldarse a distintas estructuras. El capitalismo, por ejemplo, puede desarrollarse tanto en una república (Estados Unidos) como en una monarquía (España).
El comunismo y el socialismo, a su vez, contemplan la existencia de un partido político único que ejerce el poder y controla la economía. Por eso los gobiernos comunistas o socialistas suelen ser considerados dictaduras, por más que se definan como repúblicas (como Cuba o China).
Ideologías como el liberalismo, el nacionalismo, el conservadurismo o el fascismo, de igual modo, pueden aplicarse en formas de gobierno disímiles. De hecho, en una forma de gobierno pueden sucederse administraciones con un sustrato ideológico muy diferente.