Fotorresistencia es un término en el cual es posible reconocer dos partes: el elemento compositivo foto- y el sustantivo resistencia. Foto- hace mención a la luz, mientras que resistencia alude a generar una oposición o a tolerar.
La noción de fotorresistencia tiene dos grandes usos. De este modo, puede emplearse con referencia a la propiedad que ostentan aquellas sustancias que no sufren ningún tipo de alteración por influencia de la luz. Por otro lado, también se llama fotorresistencia al atributo que tienen los objetos que, por incidencia de la luz, registran una modificación de su resistencia eléctrica.
Materiales que no sufren cambios por la luz
La primera acepción mencionada de fotorresistencia se vincula a la capacidad que disponen algunos materiales de resistir la acción de la luz. En este sentido, es importante indicar que las ondas luminosas pueden modificar el color y otras características de los elementos.
Aquello que tiene fotorresistencia, por lo tanto, se mantiene inalterable pese a recibir la influencia lumínica. Es posible realizar un ensayo de fotorresistencia para saber si la sustancia en cuestión reaccionará ante la luz o logrará conservar sus cualidades.
Tomemos el caso de una pintura: en mayor o menor medida, siempre le llega la luz una vez que se aplica. Según la composición del producto, puede tener más o menos fotorresistencia. Una pintura con escasa fotorresistencia perderá su color en poco tiempo.
La fotorresistencia y la electricidad
El segundo significado que señalamos de fotorresistencia está relacionado con la resistencia eléctrica de los cuerpos. De acuerdo a la definición aportada por la Real Academia Española (RAE), la fotorresistencia es un rasgo con el que cuentan las cosas que, según la presencia o ausencia de la luz, experimentan una variación de su resistencia.
Por extensión, se denomina fotorresistencia al componente eléctrico cuya resistencia cambia a partir del valor de la intensidad lumínica. Esta es la pieza esencial de los sistemas de iluminación que se encienden y se apagan automáticamente en virtud de la cantidad de luz.
Cuando la fotorresistencia detecta que falta la luz del sol, su resistencia eléctrica registra un cambio y se produce el encendido de la iluminación artificial. Por el contrario, si la fotorresistencia vuelve a captar los rayos solares, ordena el apagado del sistema.
Su funcionamiento
Estas fotorresistencias albergan una célula fotorreceptora con un semiconductor, caracterizado por la propiedad de modificar su resistencia a partir de la luz que recibe. Por lo general, a mayor intensidad, menor resistencia.
Así la célula, al percibir un nivel de lúmenes inferior a un determinado límite, provoca el contacto que deriva en el encendido de las luces artificiales.
Las fotorresistencias se utilizan en múltiples sistemas de alumbrado. También están presentes en cámaras de seguridad y en otros dispositivos, permitiendo automatizar su funcionamiento.
Supongamos que una persona desea que, al llegar la noche, se enciendan de forma automática las luces exteriores de su vivienda. Con una fotorresistencia, puede cumplir su objetivo, garantizando que la fachada de su casa siempre esté iluminada, ya sea por el sol o por la luminaria artificial.