Lo primero que vamos a hacer es conocer el origen etimológico del término frotar. En este caso, podemos exponer que deriva del francés, concretamente del verbo «frotter» que, a su vez, emana del latín. En concreto, procede de latín vulgar «frictare», que es el frecuentativo del verbo «fricare», que es sinónimo de «fregar».
El verbo alude a hacer que algo pase reiteradas veces sobre otro elemento o superficie, aplicando más o menos fuerza.
Por ejemplo: «Para realizar esta preparación, debemos frotar el tomate maduro sobre una rebanada de pan y luego añadir aceite de oliva, sal y pimienta», «Al aplicar el protector solar, no debes frotar demasiado para permitir que la piel pueda absorber la crema», «Luego de frotar con un cepillo durante varios minutos, finalmente logré quitar la mancha de salsa del mantel».
Entre los sinónimos de frotar se encuentran palabras tales como restregar, refregar, rozar, friccionar, lijar, esmerilar o ludir, entre otras.
La acción de frotar suele realizarse con frecuencia en la vida cotidiana. Si una persona tiene frío, por citar un caso, es probable que decida frotar sus manos para calentarse: de este modo, frota una mano con la otra para generar calor. Para observar a través de una ventana empañada, por otra parte, hay que frotar el vidrio, ya sea con la mano o con un trapo, y así quitar la humedad. Cuando a alguien le pican los ojos, se puede frotar los párpados con los dedos para tratar de encontrar alivio.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto que uno de los esloganes publicitarios más conocidos en España dentro de la historia de la publicidad utiliza precisamente la palabra que ahora nos ocupa. Nos estamos refiriendo a «El frotar se va a acabar», que vino a presentar allá por el año 1982 el lanzamiento de un detergente que respondía al nombre de WIPP Automáticas.
Con ese eslogan lo que la compañía quería transmitir a sus potenciales clientes es que ese producto de limpieza conseguía que la ropa que se lavara en la lavadora saliera perfectamente limpia, incluso la que tenía más manchas y suciedad, y sin necesidad de tener que frotarla de forma previa.
En el contexto del arte, se conoce como frottage a la técnica creada por Max Ernst en la década de 1920 para crear impresiones de objetos. El método consiste en colocar una hoja sobre el objeto que se pretende imprimir (una moneda, por ejemplo). Luego, hay que frotar un lápiz sobre dicha hoja, de manera tal que se pueda generar una impresión que tendrá, en este caso, la textura y la forma de la moneda.
Dentro del ámbito sexual tenemos que destacar la existencia de una práctica que se sustenta en el término que nos ocupa. Nos estamos refiriendo al llamado frottage, que consiste en que dos personas se froten con la ropa puesta ciertas partes de su cuerpo e incluso los órganos sexuales. Es una manera de disfrutar de un contacto sexual pero sin que exista el coito.
