El primer paso que vamos a dar antes de entrar de lleno en el significado de halitosis es conocer su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del latín y del griego. Y es que es fruto de la suma de estos dos componentes:
-El sustantivo latino «halitus», que puede traducirse como «aliento» o «exhalación» y que deriva del verbo «halare», que es sinónimo de «exhalar».
-El sufijo «-osis», que se usa para indicar procesos.
La halitosis es el mal aliento: es decir, el hálito fétido, con olor desagradable. Se trata de un trastorno que afecta a muchas personas y que suele estar vinculado a la presencia de bacterias.
Para comprender qué es la halitosis, primero debemos tener en claro el concepto de hálito o aliento. Así se denomina al aire que es expulsado por la boca. Es importante tener en cuenta que, durante la respiración, el organismo incorpora oxígeno y expide dióxido de carbono: el aire que es exhalado a través de la boca es el hálito.
Por lo general, el aliento no tiene un olor notorio. Sin embargo, en algunos casos, adquiere un hedor que puede percibirse con facilidad. Ese hálito nauseabundo caracteriza al signo clínico denominado halitosis.
Quien padece la halitosis, por lo tanto, tiene un aliento que huele mal. La causa de ese olor suele deberse a la presencia de bacterias en la boca, aunque también puede vincularse a enfermedades como la gastritis o el cáncer de pulmón.
Una de las causas más frecuente de la halitosis es una higiene bucal deficiente. Cuando quedan restos de comida en la boca, aparecen bacterias que los descomponen y producen diversos componentes olorosos, como distintos ácidos grasos.
No obstante, tampoco hay que pasar por alto tampoco la existencia de otras causas que pueden dar lugar a sufrir halitosis. Nos estamos refiriendo al consumo de tabaco y de alcohol, a tener placa bacteriana en la boca, a la ingesta de determinados medicamentos, a comer alimentos que poseen un fuerte olor como puede ser el ajo o la cebolla, sufrir enfermedades de tipo renal o incluso del hígado…
Para evitar o tratar la halitosis, por lo tanto, es importante cuidar la higiene bucal. Cepillarse los dientes después de cada comida, utilizar colutorios bucales con antisépticos y usar hilo o seda dental son acciones imprescindibles. También se recomienda beber mucha agua para incrementar la producción de saliva y evitar el café, el alcohol, el tabaco y los alimentos con olor intenso.
De la misma manera, otras medidas para combatir la halitosis son acudir periódicamente al dentista para que realice una limpieza dental o llevar a cabo una limpieza adecuada de la lengua.
Sin embargo, no podemos pasar por alto el hecho de que también existen trucos caseros para combatir ese problema de mal olor de la boca. Nos estamos refiriendo a algunos tales como enjuagarse por las mañanas la boca con zumo de limón, morder perejil, tomarse un vaso de vinagre de manzana antes de irse a la cama o cepillarse los dientes por la mañana con bicarbonato.