El concepto de Halloween surge como contracción de la expresión inglesa «All Hallows» Eve», que en nuestra lengua se traduce como «Víspera de Todos los Santos». Se trata de una celebración que también se conoce como Noche de Brujas, Noche de Víspera de Difuntos o Noche de Muertos.
Halloween se celebra cada 31 de octubre por la noche, especialmente en los países anglosajones. Esta festividad combina elementos de otras dos conmemoraciones: el Samhain celta (que marcaba el cierre de la temporada de cosecha) y el Día de Todos los Santos cristiano (en honor a los difuntos que ya superaron el purgatorio y disfrutan la vida eterna junto a Dios).
A mediados del siglo XIX, Halloween comenzó a arraigarse en Estados Unidos a partir de la inmigración irlandesa. En la década de 1920 la celebración se volvió masiva y ya en los años «70 y «80 se expandió por casi todo el mundo occidental gracias a las películas y las series de televisión que mostraban las costumbres y las prácticas vinculadas a la fecha.
Una de las costumbres más extendidas de Halloween es que los niños recorran las calles mientras obligan a las personas a optar entre «dulce o truco» o «truco o trato» (del inglés «trick or treat»). El adulto, en este marco, debe entregar una golosina si no quiere sufrir un «truco« (algún tipo de broma).
Otro hábito de Halloween es la creación de un jack-o»-lantern: una calabaza a la que se ahueca, se le talla un rostro y se le introduce una vela para que pueda iluminar.
Una de las características menos aparentes de Halloween es que se celebra en muchos países, más allá de Estados Unidos, y no en todos de la misma manera; es decir, si bien todos realizan actividades en común, éstas se han teñido de las costumbres locales para dar lugar a un gran número de interesantes variaciones.
En España, por ejemplo, Halloween tiene mucha fuerza, aunque los niños no van casa por casa pidiendo golosinas, sino que la celebración se centra especialmente en el uso de disfraces por las calles y, como en casi todo el mundo, las fiestas temáticas. Los ingleses, por su parte, lo festejan de forma muy similar a sus hermanos norteamericanos, pero se caracterizan por ser más competitivos con respecto a sus disfraces. En Canadá, la diferencia principal es que los disfraces no suelen ser de muertos vivientes, sino más propios de un carnaval.
Estados Unidos es el país que en la actualidad asociamos con esta fiesta, y de allí han surgido iconos como la ya mencionada calabaza iluminada. La noche del 31 de octubre se viste de niños y adultos disfrazados de fantasmas y monstruos que caminan por las calles en busca de dulces, mientras otros se quedan en sus casas disfrutando de una buena película de miedo.
En este marco, uno de los puntos fundamentales de Halloween es la elección del disfraz, algo que en la actualidad también se puede hacer por medio de aplicaciones para el móvil que nos muestran las tendencias del momento. Cabe mencionar que en Estados Unidos no sólo la gente local festeja Halloween, sino que esta peculiar noche de octubre es uno de los motivos que impulsa a muchos extranjeros a visitar el país.
Pero la celebración no acaba en los disfraces: otra costumbre fundamental de Halloween es decorar la casa con todo tipo de elementos propios de una historia de terror, tanto por fuera como en el interior. Esto colabora con la transformación de las calles.
«Halloween» también es el título de una saga de películas creada por John Carpenter, cuyo personaje central es un psicópata asesino llamado Michael Myers.