Una hebra es un trozo de un hilo o de una materia hilada que se introduce a través del ojo de una aguja para el desarrollo de una costura o un bordado. Por lo general la hebra es una porción corta.
A la hora de coser a mano, es importante no tirar excesivamente de la hebra ya que la costura puede fruncirse. Por otra parte, hay que realizar un nudo en el extremo más extenso de la hebra para impedir que el hilo se salga tras la primera puntada.
También se denomina hebra a las fibras de la carne, a determinadas fibras vegetales y al filamento de una materia textil. Además se llama hebra a la parte flexible de una madera cuya consistencia permite la labranza.
En un sentido amplio, una hebra es un hilo o un filamento de cualquier sustancia. Las hebras de queso, en este marco, son pequeñas porciones de este producto lácteo que se utilizan como acompañamiento de las pastas, sobre las pizzas o en otras preparaciones gastronómicas.
El concepto de hebra vuelve a aparecer en la cocina de la mano del azafrán. El estigma de la flor de esta especie recibe el nombre de hebra: de esta manera, puede decirse que las hebras de azafrán se emplean como condimento en una gran cantidad de recetas.
El chocolate en hebras, que también se conoce como hilos de chocolate, es muy usado en la elaboración de postres, ya que ofrece a los creadores la posibilidad de dar a sus platos unos acabados muy impactantes y personalizados, además de una textura y una consistencia muy particulares para los comensales. Como ocurre con casi todos los ingredientes, el chocolate no sabe igual en cualquiera de sus formas y presentaciones; esto va más allá de su cocción, y por eso no es lo mismo comerlo en barra que en hebras, fundido o en pepitas, aunque se trate de la misma variedad.
Las hebras de chocolate pueden comprarse para su consumo o para su uso en pastelería, pero también se pueden elaborar de forma casera, una decisión que acarrea un ahorro monetario considerable y aumenta las posibilidades en cuanto a la presentación y la combinación de tipos de chocolate. Entre las opciones se encuentra el chocolate blanco y el negro amargo, pero el límite lo pone cada cocinero.
El primer paso para preparar hebras de chocolate es colocar la cantidad deseada en un recipiente resistente al calor y luego llevarlo al microondas. Se recomienda rallar o moler el chocolate antes de derretirlo, para acelerar la elaboración. Este proceso toma dedicación, ya que no debemos dejar el tazón en el microondas por más de un minuto. Luego de cada cocción, debemos retirarlo y remover el chocolate con una espátula para conseguir que el calor se propague de manera uniforme.
Cuando conseguimos que se funda por completo, podemos optar por una manga con un pico muy estrecho, para esparcir las hebras sobre un papel antiadherente, o bien tomar el chocolate con una cuchara o una espátula y hacer este mismo trabajo evitando que las tiras sean muy gruesas. El último paso es llevar las hebras al congelador, para que se endurezcan y podamos usarlas con facilidad en la decoración de nuestros platos o comerlas directamente, dependiendo de nuestras necesidades y gustos.
En la bioquímica, por último, las hebras son moléculas orgánicas extensas que se forman mediante una secuencia de unidades organizadas de forma lineal. Una hebra de ADN se compone de una cadena de ácidos desoxirribonucleicos: cuando dos de estas cadenas se enrollan y dan lugar a una espiral doble, se habla de una doble hebra de ADN.
