Antes de entrar de lleno en el significado del término heptasílabo, vamos a proceder a conocer su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del griego y que es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-La palabra “hepta”, que puede traducirse como “siete”.
-El sustantivo “syllabe”, que es sinónimo de “sílaba”.
El adjetivo heptasílabo se emplea para calificar a aquello que cuenta con siete sílabas. También puede usarse como sustantivo para aludir al verso con dicha cantidad de sílabas.
Un heptasílabo, por lo tanto, es un verso de siete sílabas. Dependiendo de la tradición o el estilo, puede combinarse con un pentasílabo (cinco sílabas) o con un endecasílabo (once sílabas), dando lugar a diferentes clases de estrofas.
Un ejemplo de verso heptasílabo es el siguiente: “Caduco dios y rapaz”. Como se puede apreciar, este verso del español Luis de Góngora, que forma parte de un poema conocido como “Déjame en paz amor tirano” o “Ciego que apuntas y atinas”, presenta siete sílabas: “Ca-du-co dios y ra-paz”.
Por lo general, los hemistiquios de los versos alejandrinos también son heptasílabos. Los hemistiquios son las mitades o fragmentos de un verso. Como el alejandrino consta de catorce sílabas, lo habitual es que cada hemistiquio tenga siete sílabas (es decir, que sea heptasílabo).
Veamos el caso del alejandrino “La perla de tus sueños es una histérica”, verso incluido en el poema “A Colón” del nicaragüense Rubén Darío. Presenta catorce sílabas (“La per-la de tus sue-ños es u-na his-té-ri-ca”) y puede dividirse en dos hemistiquios (“La perla de tus sueños / es una histérica”). Si analizamos cada hemistiquio, notaremos que se trata de versos heptasílabos (“La per-la de tus sue-ños / es u-na his-té-ri-ca”).
Además de todo lo expuesto, tenemos que subrayar que en la literatura española los primeros textos que fueron presentados con heptasílabos fueron fundamentalmente dos: “Disputa del alma y del cuerpo”, una obra que data del siglo XII y que fue descubierta en un códice de 1201 del Monasterio de Oña, y “Auto de los Reyes Magos”. Esta última obra es de origen toledano, está datada en el siglo XII también y hay que destacar que está considerada como la primera obra teatral de toda la literatura española.
Es importante subrayar también que los heptasílabos tuvieron unos siglos en los que decayó de forma notable su uso, como fue entre los siglos XIV y XV. Sin embargo, poco después, con el auge del Renacimiento, volvieron a «recuperarse» y a conseguir una gran relevancia. Precisamente a esto último contribuyó el hecho de que grandes plumas de aquel momento optaron por ponerlos en práctica.
Aunque fueron varias las figuras que los volvieron a poner de «moda», destacaron especialmente ilustres escritores como Lope de Vega o Góngora. Con el paso de los siglos, también se convertirían en elementos muy usados por autores como Lorca.
