Los hermanos son seres humanos o animales que tienen en común los mismos padres o uno de ellos. El término procede del latín germānus, a su vez derivado de germen (que se traduce como “brote”).
Tomemos el caso de los ex futbolistas Diego Milito y Gabriel Milito. Ambos son hermanos, ya que tienen los mismos padres: Jorge Milito y su esposa Mirta. Esto quiere decir que Jorge y Mirta engendraron a Diego y a Gabriel, además de una hija: Natalia. Diego, Gabriel y Natalia, por lo tanto, son hermanos.
Otro ejemplo de hermanos son Evaluna Montaner, Ricardo Montaner Jr., Héctor Montaner, Alejandro Montaner y Mauricio Montaner, los hijos del cantante Ricardo Montaner y Marlene Rodríguez Miranda. Varios de estos hermanos comparten el oficio de su padre, como Evaluna (cantante solista y actriz) y Mauricio y Ricardo Jr. (quienes se presentan en conjunto como el dúo Mau y Ricky).
Todos los hijos de los mismos padres, en definitiva, son hermanos. Cuando dos personas tienen en común a uno solo de los padres, se suele decir que son medio hermanos. En este caso, puede distinguirse entre hermanos de padre (tienen el mismo padre y distinta madre) o hermanos de madre (misma madre, distinto padre).
Los individuos que comparten padre espiritual también se llaman hermanos entre sí, al igual que los integrantes de una cofradía o de una hermandad. Todos los católicos, en este marco, son hermanos.
Las relaciones que se dan entre los hermanos de sangre es muy particular, ya que en la mayoría de los casos se trata de la primera forma de amistad que puede experimentar el ser humano. Esto sucede especialmente entre personas que nacen con muy poco tiempo de diferencia ya que de pequeñas tienen la oportunidad de entablar un lazo emocional a la vez que aprenden los límites propios y los ajenos.
Tener un hermano puede resultar muy beneficioso durante la crianza, ya que puede enseñarnos desde pequeños que el mundo es un espacio a compartir entre todos los seres vivos, que no les pertenece más a unos que a otros. Los niños que comparten su niñez con uno o más hermanos suelen desarrollar a tiempo valores como la generosidad y la compasión, aunque existen excepciones.
Hay casos en los que los hermanos pueden dificultar el sano desarrollo de una persona. Por ejemplo, aquellos que maltratan física o psicológicamente a sus hermanos, por lo general aprovechándose de su edad o de su mayor tamaño corporal, pueden representar amenazas tan graves como cualquier otra o incluso peores. El mayor de los perjuicios en estas relaciones de abuso es el lazo de sangre que existe entre los participantes, algo muy difícil o imposible de romper.
En otras palabras, no podemos determinar que los hijos únicos tengan crianzas menos enriquecedoras que los demás, ya que los hermanos dañinos echan a perder los beneficios que podrían otorgar a sus compañeros de infancia; sin embargo, en el mejor de los casos la presencia de un hermano durante los primeros años de vida puede ofrecernos una ventaja a nivel social a la hora de «abandonar el nido».
Así como los hermanos Milito y los Montaner, son muchos los casos de hermanos que comparten profesiones o que trabajan juntos, ya sea que integren una agrupación musical, que sean cofundadores de una empresa o que se dediquen al mismo oficio, como tantos médicos, abogados y contadores.
En algunas regiones, por último, hermano es un apelativo que puede emplearse en una conversación informal: “¡Hola, hermano! ¿Cómo andás? Hacía mucho que no te veía”, “No es así, hermano, para mí el entrenador se equivocó al armar el equipo”.
