Hermetismo es la propiedad de aquello que resulta hermético: cerrado, inviolable, clausurado. El concepto puede usarse para referirse a una característica física o de modo simbólico.
Por ejemplo: “El hermetismo de esta habitación es asombroso: no ingresa ni sale nada”, “Hay mucho hermetismo en el club respecto a la situación del jugador paraguayo”, “El funeral del ex presidente se desarrolló en completo hermetismo”.
Muchas veces la idea de hermetismo se emplea para aludir a lo que sucede cuando no se difunde ni trasciende cierta información. Supongamos que dos equipos de fútbol negocian la transferencia de un jugador. Mientras se desarrollan las negociaciones, ninguno de los involucrados da a conocer detalles. Por eso los medios de comunicación hablan del hermetismo que rodea a la operación.
El hermetismo como doctrina
También se denomina hermetismo a una doctrina religiosa y filosófica que se basa en una serie de textos que se le atribuyen al griego Hermes Trismegisto (que puede traducirse como “Hermes, el tres veces grande”). A este personaje histórico se lo señala como un sabio que ideó un sistema metafísico que actualmente se denomina hermetismo.
En este contexto podemos reconocer la denominada jerarquía del noûs, la cual se origina en los cuatro momentos que componen un mismo proceso. Veamos a continuación los cuatro noûs:
* divino: se trata del reconocimiento como verdad absoluta del pensamiento de Dios, el cual representa la cima más alta del saber;
* de la eternidad: consiste en conocer el funcionamiento y el alcance de la obra de Dios;
* cósmico: surge de observar todas las cosas y deriva en un conocimiento de la naturaleza;
* humano: aquél en el que se apoya el hombre para entender y administrar el mundo, a través de la memoria de los hechos pasados.
La creación del cosmos
El hermetismo cree que Dios creó el cosmos a través de la palabra, o sea que su pensamiento se volvió actividad por medio del Verbo divino. El hombre puede pensar y hablar, dos habilidades que lo pueden volver inmortal. La palabra y la voz no son indistintas, ya que la primera puede tener en sí misma el valor del pensamiento y, por lo tanto, estar colmada de poder y sabiduría.
En el pensamiento encontramos la palabra, y por eso ésta es común a todo ser humano; es la voz el elemento que se diferencia de uno a otro. Dado que el hermetismo tiene sus orígenes en la cultura egipcia no es raro que goce de un lenguaje altamente simbólico, poco cercano a otras teorías filosóficas. Para el hermetismo, es preferible el silencio antes que una palabra que no esté infundida del noûs.
Otro de los conceptos relacionados con el hermetismo es el Pneûma, un impulso cósmico que ordena la trayectoria de los astros y da vida a todos los seres. Se trata del éter que permite la realización de los procedimientos astrológicos y mágicos, de una sustancia que los astros tienen en común para hacer sus milagros. La eternidad, por otra parte, es un atributo divino y de la creación, el pilar que la sostiene.
Diferentes visiones sobre Hermes y el hermetismo
Hermes también es señalado como el padre de la alquimia. Sin embargo, no existen evidencias que permitan confirmar la existencia de este pensador, por lo cual hay quienes creen que se trata de un personaje ficticio cuya biografía se fue construyendo con el correr de la historia.
Giordano Bruno, Tomás de Aquino y otros cristianos consideraban a Hermes como un profeta pagano anterior al cristianismo. Cabe destacar que, de acuerdo a la tríada del hermetismo, hay un cosmos inmóvil (Dios), un cosmos móvil (el cielo) y un cosmos racional (el hombre). Todo el cosmos es producto de Dios, mientras que el hombre es una imagen del cosmos.