La consecuencia de hincharse recibe el nombre de hinchazón. El verbo hinchar, por su parte, alude a incrementar el volumen de algo a partir de la incorporación de un fluido, aire u otro elemento.
Por ejemplo: “La lactosa me provoca la hinchazón del estómago”, “No tuve grandes molestias en el embarazo, aunque padecí la hinchazón de los pies”, “El golpe me provocó una hinchazón en la pierna que se extendió varios días”.
Una hinchazón puede producirse por múltiples causas. El organismo, ante una enfermedad, una infección o una herida, reacciona hinchándose en algún sector. La hinchazón blanda generada por la serosidad que se infiltra en el tejido celular, en este marco, se conoce como edema.
Las hinchazones, por lo tanto, pueden ser localizadas (cuando afectan a un órgano o a una parte específica del cuerpo) o generalizadas. Por lo general se trata un signo clínico que el médico debe interpretar para realizar un diagnóstico.
La mala circulación de la sangre y la retención de líquidos son motivos recurrentes de hinchazón. Por eso la insuficiencia renal, la nefritis, la trombosis y la obstrucción linfática son algunos de los trastornos que causan hinchazón.
Durante el embarazo, es habitual que la mujer experimente la hinchazón de los tobillos y de los pies. Esto se debe a que el útero, al agrandarse, presiona las venas, haciendo que el retorno sanguíneo a las piernas sea más lento y que la sangre quede retenida en los tejidos.
La hinchazón abdominal, por último, también es frecuente, tanto en hombres como mujeres. Suele deberse a la acumulación de gases o líquidos en el abdomen tras una ingesta excesiva de comida y se revierte cuando se completa la digestión.
Si bien la medicina tradicional cuenta con un largo número de tratamientos para hacer frente a situaciones sencillas como ser una hinchazón localizada, muchas personas no se resisten a la tentación de practicar la medicina casera y esto puede conducir a una curación efectiva pero también a ciertas complicaciones innecesarias. El uso de plantas medicinales es muchas veces preferible al consumo de fármacos de origen industrial, pero el problema es que no siempre damos con una fuente de información fiable y entonces podemos empeorar un cuadro leve.
Uno de los mejores consejos para tratar cualquier desequilibrio en el organismo es la práctica de ejercicio físico de manera frecuente. No debemos olvidarnos de nuestros orígenes: somos animales, descendemos de seres que vivían en la naturaleza, que trepaban árboles con la facilidad que hoy en día tenemos para caminar por el asfalto, que debían trasladarse constantemente en busca de comida y refugio. El deporte era algo natural para nuestros antepasados, y en nuestro estado actual todavía no deja de ofrecernos un sinfín de beneficios.
Una hinchazón por acumulación de líquidos o de grasa, por ejemplo, es una anomalía, algo que no cumple las reglas del funcionamiento normal del cuerpo, una alteración biológica o un defecto en el sistema. Si pensamos que el organismo es perfectamente capaz de mantener el equilibrio y de corregir todos los pequeños problemas que alteren su forma normal, entonces debemos buscar la manera de mantenerlo activo para que él se encargue del resto.
Por medio de una práctica de ejercicio moderada y acorde a nuestras posibilidades, el cuerpo es capaz de eliminar la hinchazón de manera natural, ya que los músculos liberan en la sangre una serie de sustancias con propiedades antiinflamatorias que detienen la producción de grasa. Otro consejo para combatir éste y otros trastornos es evitar el estrés, uno de los peores males de nuestra era. Como complemento de una actitud positiva y determinada podemos aprovechar las ventajas del yoga, la relajación y los masajes.