La locución latina in vitro, que puede traducirse como «en el vidrio», es aceptada por la Real Academia Española (RAE). La expresión se emplea para aludir a aquello que se desarrolla en un laboratorio a través de un método experimental.
En un tubo de ensayo
Lo que se realiza in vitro suele llevarse a cabo en un tubo de ensayo. Por lo general la técnica se aplica para reproducir en un entorno controlado un proceso que, de manera natural, se concreta en el interior de un ser vivo.
Fecundación in vitro
El recurso más conocido de esta clase es la fecundación in vitro. Gracias a esta técnica de reproducción asistida, se logra que un espermatozoide se una a un óvulo fuera del cuerpo de la mujer.
Muchas veces la fecundación in vitro supone una solución a un problema de esterilidad. Lo que se hace es extraer ovocitos del ovario y luego posibilitar su fecundación en un medio líquido. Una vez que el óvulo ya fue fecundado, dicho cigoto se transfiere al útero para que continúe su desarrollo en el vientre materno hasta el momento del parto.
Para obtener el gameto femenino se recurre a una punción folicular, que se hace tras la estimulación ovárica. En el caso del gameto masculino, se puede apelar a una biopsia testicular o a la masturbación.
La fecundación in vitro se puede concretar de dos modos. Una posibilidad es que se haga la fecundación inyectando un espermatozoide en el interior del óvulo. Otra alternativa es colocar muchos espermatozoides rodeando a un óvulo en una placa de cultivo.
Superovulación
Se trata del primer paso de la fecundación in vitro, y también se conoce por el nombre de estimulación. Consiste en administrarle ciertos medicamentos a la mujer para aumentar su producción de óvulos, los denominados fármacos para la fertilidad. Por lo general, las mujeres producen un solo óvulo al mes, y por medio de la superovulación se incrementa este número.
Con el objetivo de estudiar el estado de los ovarios, la paciente debe asistir a diferentes sesiones de ultrasonido transvaginal con cierta regularidad. Para la verificación de los niveles hormonales, por otra parte, deben hacerle extracciones de sangre.
Retiro del óvulo
Este es el segundo paso, en el cual se realiza una cirugía menor que se conoce como aspiración folicular con el objetivo de retirar los óvulos. Para evitar cualquier sensación de molestia o dolor, es importante que la mujer reciba una dosis de medicamentos analgésicos.
Durante la parte principal del procedimiento, el médico usa una aguja muy fina para llegar al interior del ovario por medio de la vagina. Esta herramienta va conectada a un aparato de succión, necesario para la extracción de los óvulos y el líquido, uno por uno. Debe repetirse para el ovario restante.
En algunos casos, es posible que surjan cólicos luego de la intervención, aunque suelen desaparecer en el plazo de un día. Aún menos frecuente es la necesidad de realizar una laparoscopia pélvica para el retiro del óvulo. Ante la imposibilidad de producir óvulos, existen las donaciones.
Fecundación
Si bien este término da nombre a todo el tratamiento, es en realidad el tercer paso, y se da luego de la inseminación. Para ello se determinan los mejores óvulos y se ponen junto a ellos los espermatozoides. Seguidamente, se realiza el almacenamiento en una cámara especial, donde se espera que el espermatozoide fecunde el óvulo en cuestión de horas.
Si no hay muchas probabilidades de que se complete este paso con éxito, entonces es posible recurrir a la inyección directa en el interior del óvulo. Cabe mencionar que incluso en situaciones aparentemente favorables es común esta medida a modo de prevención.