Inclusión laboral es un concepto formado por una idea vinculada a la inserción y la contención o consideración en el campo profesional. Engloba políticas, programas y acciones orientadas a darles un trabajo digno e igualdad de oportunidades a individuos que, por distintos motivos, se encuentran en una situación de vulnerabilidad o marginación.
El objetivo es conseguir en la práctica una equidad real que se refleje en entornos laborales agradables, justos, diversos y libres de toda clase de violencia. Para ello es fundamental formar equipos y relaciones laborales marcadas por la no discriminación, la buena comunicación y la empatía. Espíritu colectivo, compromiso, responsabilidad, tolerancia y respeto deberían ser siempre las bases de todo grupo de trabajo que aspire a la unidad más allá de las diferencias humanas.
Las oportunidades y el apoyo para insertarse y mantenerse en el mercado laboral se deben acentuar para aquellos que, en líneas generales (y por prejuicios o mitos), no tienen muy sencilla la misión de ser contratados. Así sucede en casos de discapacidad, cierta orientación sexual o al identificarse con una determinada religión, por ejemplo.
Ejemplos de inclusión laboral
Si bien todavía a escala mundial hay que seguir defendiendo derechos y reforzando los reclamos para que cada vez más países tengan políticas de inclusión orientadas al trabajo digno, por fortuna la inclusión laboral es una realidad que no deja de crecer.
En algunas naciones, por ejemplo, por ley debe cubrirse en el Estado un cupo reservado a gente que tenga una discapacidad. Sumado a esto, se van implementando cambios tanto en el sector público como privado para facilitar y asegurar la accesibilidad para personas con discapacidad.
En los medios de comunicación y en el ámbito artístico se demuestra la inclusión social (y el respeto por la integridad y el honor de cada ser humano) cada vez que se contrata a una mujer trans para un puesto importante (conductora de un programa o protagonista de una obra).
También se está incrementando el número de empresas que decide emplear a hombres y mujeres con síndrome de Down, así como hay compañías y emprendimientos que valoran al segmento más experimentado y les da, entonces, trabajo a personas de mediana y avanzada edad (de más de cuarenta años y hasta, en más de un caso, a adultos mayores que necesitan obtener un dinero extra para subsistir porque la jubilación que reciben no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas).
Tipos y características
La inclusión laboral siempre apunta a minimizar o evitar las desigualdades en el ámbito del trabajo. Sin embargo, puede segmentarse en múltiples categorías en función del perfil de quien debe ser tenido en cuenta para un puesto y de las medidas orientadas a tal fin.
La inclusión de minorías étnicas, por indicar una posibilidad a modo de referencia, exige un entorno en el cual exista la conciencia o sensibilización cultural en pos de una convivencia armoniosa. Los esfuerzos y las directivas deben encaminarse aquí hacia la comprensión y la empatía, desalentando (y sancionando) todo acto de discriminación cultural o racial motivado por prejuicios, ignorancia o rechazo hacia los grupos minoritarios.
La inclusión de género, asimismo, busca ir más allá de darle empleo a mujeres: en este sentido el género femenino lucha por una igualdad en cargos relevantes o puestos jerárquicos, la igualdad salarial y la eliminación (o, al menos, la reducción) de la brecha de género.
La inclusión laboral de personas con diversidad funcional, la inclusión de veteranos, la inclusión LGBTQ+, la inclusión de migrantes y la inclusión en el sector público así como también en el privado son otras de las variedades que dan cuenta del amplio campo que abarca la cuestión de la necesidad de una inserción laboral que contemple a todos los perfiles de trabajadores sin excusas ni limitaciones de ninguna índole.
Importancia de la inclusión laboral
La inclusión laboral es importante, básicamente, porque aspira a acordar desigualdades, a brindar oportunidades concretas y reales para garantizar sin excepciones el derecho a un trabajo digno y a posicionar el talento, el compromiso y el esfuerzo por encima de cualquier dificultad, rasgo, condición o impedimento que socialmente se interprete como motivo de exclusión social.
La inclusión laboral, además, es aliada del desarrollo social y el crecimiento económico. Favorece, de igual modo, la integración de la población y les da autonomía, seguridad, estabilidad y bienestar a cada uno de los asalariados. También exige adaptaciones de infraestructura que demuestran una intención auténtica de eliminar barreras para el desempeño laboral (instalando rampas, ascensores y baños amplios en lugares de trabajo a fin de facilitar los desplazamientos de quienes se movilizan en una silla de ruedas, por ejemplo).
Mediante la contratación inclusiva, incluso, las compañías pueden disponer de personal motivado, productivo y comprometido con la firma. Gracias a ello se consiguen mejoras en el ambiente de trabajo a nivel humano, la imagen corporativa resulta favorecida y hasta se pueden aprovechar talentos que, quizás por prejuicios, miedos o estereotipos para dejarlos fuera del circuito laboral, nunca habían sido descubiertos, visibilizados ni estimulados.