Definición de

Infarto

Órgano cardíaco

Al infarto agudo de miocardio también se lo conoce como ataque cardíaco.

Un infarto es la necrosis de un determinado órgano (o de parte de él) provocada por la interrupción de irrigación sanguínea que se genera a raíz de una obstrucción en alguna arteria. El término, con origen en el latín infartus, también nombra al incremento de proporciones del órgano afectado.

La obstrucción de las arterias que conduce hacia un caso de infarto puede producirse por elementos propios del vaso (como placas de ateroma) o por elementos externos (un tumor que comprime la arteria, una hernia, una herida).

Infarto agudo de miocardio

Aunque un infarto puede tener lugar en todos los órganos del cuerpo humano, el término suele usarse en líneas generales para describir al infarto agudo de miocardio (también conocido como ataque cardíaco o ataque al corazón). Este infarto (calificado como agudo por su condición de súbito) se caracteriza por un caudal insuficiente de llegada sanguínea en parte del corazón a causa de una obstrucción en alguna de las arterias coronarias.

La obstrucción, dicen los expertos, produce una isquemia (un daño celular por la disminución del riego sanguíneo y la consecuente caída de la capacidad de oxigenación) que, si no es tratada a tiempo, deriva en la muerte del tejido cardíaco y la posterior necrosis.

Dolor torácico

El dolor torácico es un síntoma habitual de un infarto.

Síntomas más habituales

Los hombres mayores de 40 años y las mujeres que superan los 50 años de edad son los grupos de población que más se ven afectados por este citado tipo de infarto que tiene como sus principales síntomas un dolor torácico, que puede extenderse a los brazos y al cuello, y una dificultad respiratoria de cierta contundencia.

No obstante, aunque estos conforman el cuadro clínico más habitual, también están otros tales como la pérdida de conocimiento, la debilidad o la somnolencia. Síntomas estos tres últimos que es más frecuente que aparezcan en el caso de las mujeres que en el de los hombres.

Y todo ello sin olvidar tampoco que se calcula que aproximadamente en una cuarta parte de infartos la persona afectada no experimenta ninguno de estos mencionados síntomas. En este caso los que sufren el mismo son en su gran mayoría los ancianos y los pacientes que padecen diabetes.

Las enfermedades de las arterias coronarias, la aterosclerosis, los trastornos del ritmo cardíaco y algunos hábitos modificables (como la obesidad, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o el alto nivel de estrés) incrementan los riesgos de sufrir un infarto.

Diagnóstico y tratamiento de un infarto

Además de todo lo expuesto es importante resaltar el hecho de que quienes sufren un infarto de miocardio, y una vez que se encuentran en el hospital correspondiente, es habitual que se sometan a lo que se conoce como cateterismo.

Esta es una prueba de tipo diagnóstico y terapéutica, al mismo tiempo, con la que se persigue no sólo comprobar los daños que ha causado dicha dolencia sino también llevar a cabo, por ejemplo, la colocación de stents para evitar nuevamente un nuevo colapso.

Con anestesia local se lleva a cabo esta intervención que consiste en la inserción de un catéter a través del sistema vascular.

El ataque cerebral

El infarto en el cerebro, por su parte, es el accidente cerebrovascular (ACV) isquémico o ataque cerebral. Ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro, afectando distintas funciones y causando la muerte de parte de la masa encefálica.

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Cómo citar este artículo Publicado por Julián Pérez Porto y María Merino. Actualizado el 6 de julio de 2023. Infarto - Qué es, definición y concepto. Disponible en https://definicion.de/infarto/
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