El vocablo latino insalūbris llegó a nuestro idioma como insalubre. Así se califica a aquello que provoca un daño a la salud.
Lo insalubre, por lo tanto, puede causar una infección o una enfermedad, o sentar las bases para que un trastorno de este tipo se desarrolle. Por ejemplo: «La fábrica hace que todo el barrio deba vivir en un ambiente insalubre», «Los mineros tienen un trabajo insalubre que los pone en riesgo de manera constante», «Las autoridades bromatológicas decomisaron mercadería insalubre en varios comercios de la capital».
Supongamos que en un restaurante no se cuidan las condiciones más elementales de higiene. En el establecimiento proliferan las cucarachas y las ratas y los alimentos se preparan en medio de la suciedad. Por estas particularidades, es muy probable que los comensales se intoxiquen. Por eso se puede decir que se trata de un restaurante insalubre o que este lugar ofrece comida insalubre.
Tomemos el caso de las personas que se encargan de cobrar el peaje a los automovilistas en una ruta o carretera. Estos individuos permanecen muchas horas por día en el interior de una pequeña cabina, realizando una única acción que les exige el mismo movimiento repetitivo. Como se puede advertir, se trata de un trabajo insalubre.
Incluso el medio ambiente en general puede volverse insalubre cuando existe un nivel elevado de contaminación. Un barrio que se desarrolla junto a un arroyo de aguas putrefactas y en torno a una planta industrial que emite gases tóxicos a toda hora resulta insalubre: sus habitantes respiran aire contaminado y están en contacto con microorganismos patógenos y alimañas. La vivienda debería ser un lugar libre de agentes contaminantes, un espacio donde descansar, alimentarse y, en todo caso, curarse de alguna enfermedad. Lamentablemente, millones de personas deben conformarse con una propiedad en pésimas condiciones y expuesta a diversos peligros.
No cabe ninguna duda acerca del carácter negativo de este adjetivo, ya que un espacio insalubre no puede generarnos ningún beneficio a los seres humanos. Sin embargo, es importante recordar que la naturaleza se basa en el equilibrio, y que nuestra lengua fue creada por seres de nuestra misma especie, desde nuestro punto de vista; para otros organismos, como las cucarachas y las ratas, por ejemplo, las condiciones que nos matan pueden darles vida.
Este término se usa muy a menudo en el lenguaje popular, aunque no forma parte de muchas conversaciones, ya que requiere una situación extrema, como las mencionadas más arriba. Entre los sinónimos que podemos usar para sustituirlo se encuentran los siguientes: perjudicial, nocivo, insano, infecto, enfermizo y malsano. Algunos de sus antónimos, por otro lado, son saludable, higiénico y sano.
Es muy importante tener en cuenta que nadie está obligado a permanecer en un espacio de trabajo insalubre, sino que lo respalda el derecho a exigir un cambio de infraestructura para adecuarla a las condiciones que necesita el organismo para desarrollarse con normalidad. Lamentablemente, dado que conseguir un puesto de trabajo no suele ser fácil para muchas personas, es común que los empleados soporten este tipo de faltas por parte de sus empleadores para no poner en riesgo su continuidad en la empresa.
Claro que las leyes no siempre están de nuestro lado, o al menos quienes deberían hacerlas respetar, porque el dinero y el poder tienen la capacidad de corrompernos y llevarnos a cometer actos con los que no estaríamos de acuerdo en situaciones normales. Son muchos los agentes de policía, los abogados y los jueces que actúan en detrimento de los ciudadanos con el objetivo de satisfacer ciertos intereses. Esto dificulta enormemente la lucha contra los espacios de trabajo insalubres, ya que si no nos ayudan ni la compañía ni las autoridades no queda mucho por hacer.
