La raíz etimológica de intempestivo se halla en el vocablo latino intempestīvus. El concepto se emplea para calificar a aquello que resulta fuera de ocasión o de tiempo.
Lo que se concreta más allá del momento conveniente o apropiado, o resulta inoportuno o imprevisto, puede mencionarse como intempestivo. Por ejemplo: “El allanamiento se produjo de modo intempestivo y sorprendió a los vecinos”, “El cierre intempestivo de la empresa desató la furia de los trabajadores”, “Me gustó el filme, aunque su final me pareció algo intempestivo”.
Veamos una acción que puede considerarse intempestiva. Los automóviles disponen de bocina (también llamada claxon, corneta o pito), un dispositivo que permite la emisión de señales acústicas. El conductor puede utilizar este elemento para realizar un sonido cuando necesita llamar la atención de quien conduce otro vehículo, algo imprescindible en algunos casos para evitar un choque o propiciar una maniobra necesaria para la circulación. Sin embargo, el uso intempestivo de la bocina provoca contaminación sonora e incluso es motivo de sanción en algunos lugares. Por lo tanto, no se debe hacer sonar la bocina por diversión o para molestar, ya que resulta improcedente y fuera de lugar.
Supongamos ahora que el director técnico de un equipo de fútbol decide renunciar a su cargo a solo dos días de la final de un importante torneo. El entrenador opta por abandonar su trabajo luego de una discusión con el presidente del club, y no acepta reconsiderar su postura ni posponer su alejamiento. Se trata de una salida intempestiva: deja a sus jugadores sin un conductor a pocas horas de un partido trascendental.
Con respecto a su etimología podemos decir que el término intempestivo se construye a partir de los siguientes dos componentes: el prefijo in- (que denota negación o falta de algo), el término tempus (que significa tiempo como magnitud en la que se puede medir la duración de los sucesos y ordenarlos en una secuencia de manera tal que sea posible determinar el pasado, el presente y el futuro) y el sufijo -tivo (usado para establecer una relación pasiva o activa entre los componentes que lo preceden). En resumen, el significado que consigue la unión de estas tres partes es «que está fuera de tiempo».
Como vimos en los párrafos anteriores, una acción intempestiva resulta verdaderamente inoportuna, es decir, que se lleva a cabo en un momento del tiempo que resulta perjudicial para quienes la reciben. Por esta razón, podemos entender que su etimología nos habla de un evento que tiene una relación negativa con el tiempo, que no se acomoda en su infinita línea de una manera armoniosa y lógica sino que actúa al margen de ésta.
Para continuar ahondando en los matices del significado de intempestivo veremos algunos de sus sinónimos más usados: imprevisto, inconveniente, inoportuno, improcedente, inesperado, inopinado y extemporáneo. Con respecto a sus antónimos tenemos indicado, adecuado y oportuno.
Entre los términos listados en el párrafo anterior podemos apreciar una clara distinción entre aquellos que hablan de algo que tiene lugar sin previo aviso, algo que no puede intuirse o que llega en mal momento y los que se enfocan en calificar el acto mismo de forma negativa, independientemente del punto en el tiempo en el que se lleven a cabo. En el primer grupo tenemos imprevisto e inesperado, por ejemplo, mientras que en el segundo podemos mencionar inconveniente e improcedente.
Este vínculo entre el tiempo y los resultados de la acción parece natural ya que debería existir una razón detrás de todo lo que hacemos: partiendo de la propia respiración, siempre existe un motivo que nos impulsa; cuando los demás no lo perciben, nuestro comportamiento puede parecer intempestivo.
