La jerarquización es el acto y la consecuencia de jerarquizar. Este verbo (jerarquizar), en tanto, refiere a ordenar algo según jerarquías: niveles, grados.
Jerarquización implica organizar o clasificar de acuerdo a rangos o categorías. Con una jerarquización, hay elementos que ocupan una posición superior o preponderante respecto a otros.
La jerarquización de ideas
Tomemos el caso de la jerarquización de ideas. Se trata de una técnica que apunta a catalogar las diversas ideas que se reúnen en torno a un cierto tema de acuerdo a su importancia. Si bien es posible aprenderla para llevarla a cabo a nivel consciente, es algo que hacemos naturalmente.
Con la jerarquización de ideas se facilita trabajar con la información existente y así resulta más simple diseñar un proyecto o desarrollar un discurso. La persona puede quedarse con las ideas más importantes y descartar aquellas que no son útiles o relevantes.
Esta técnica es fundamental para la buena comunicación, porque nos permite limpiar nuestro discurso de ideas irrelevantes, a la vez que enfatizamos las principales. Además, puede potenciar su efectividad si la aplicamos de manera dinámica de acuerdo con nuestro interlocutor: aunque el mensaje sea el mismo, debemos expresarlo de formas diferentes dependiendo de quién lo reciba.
El concepto en las empresas
La jerarquización empresarial, por otra parte, lleva a determinar qué cargo ocupa cada trabajador y con qué responsabilidades y obligaciones. Así se establece una cadena de mando y quedan claras las funciones de cada uno. Muchas veces, además, la jerarquización es utilizada para definir la escala salarial.
Este tema lleva muchos años en el centro de diferentes debates, ya que con frecuencia repercute en casos de abuso de poder, entre otros actos de injusticia. Es muy difícil organizar una compañía de manera jerárquica sin que algunos de sus integrantes sientan que no reciben el trato que merecen; por otro lado, es prácticamente imposible llevarla adelante si todos tienen el mismo rango.
El problema comienza cuando interpretamos de forma negativa el hecho de que un empleado tenga autoridad sobre otro: esto no significa necesariamente que pueda hacer con él lo que desee, sino que tiene la responsabilidad de supervisar su trabajo y de coordinarlo con el de otros empleados, para que los resultados sean satisfactorios. La jerarquización permite aprovechar las herramientas de cada uno en pos de la realización de las metas globales, de manera que en teoría no persigue ni avala ningún tipo de abuso.
Todo comienza con el reconocimiento de las habilidades necesarias para crear los productos o servicios de la empresa, y el punto de partida se encuentra en las fundamentales. Por ejemplo, para hacer videojuegos se necesitan escritores, diseñadores, dibujantes, programadores y compositores. Luego, para probarlos y detectar errores, se necesitan testers. Pero todas estas personas no pueden trabajar sin supervisión, de manera que la jerarquización crea capas para organizarlas mejor. A su vez, los supervisores deberán rendir cuentas a sus superiores, que se encuentren en un departamento diferente, más orientado a la imagen de la empresa, al contacto con el exterior.
La jerarquización como mejoramiento
Otro uso de la noción de jerarquización está asociado a conferirle mayor jerarquía a algo, en el sentido de mejorarlo. Esta jerarquización supone una optimización o un progreso.
Supongamos que el presidente de un club de fútbol se plantea el objetivo de conseguir un título. Con esa meta, apuesta por la jerarquización del equipo, contratando a varias figuras que le permitirán dar un salto de calidad. Esos fichajes hacen que el conjunto sea más competitivo y tenga más posibilidades de consagrarse campeón.