Un jeroglífico es un tipo de escritura en el cual las palabras no se representan con signos alfabéticos o fonéticos, sino que el significado de las palabras se expone con símbolos o figuras. Los egipcios y otros pueblos antiguos solían utilizar jeroglíficos en sus monumentos.
El término jeroglífico se utiliza tanto para nombrar al sistema como a las figuras o los caracteres de este tipo de escritura. Como sistema, comenzó a utilizarse alrededor del año 3.300 a.C. y estuvo vigente hasta el siglo III.
Los jeroglíficos del Antiguo Egipto
En el caso de los egipcios, sus jeroglíficos llegaron a combinar ideogramas, signos consonánticos y signos determinantes. Los símbolos utilizados eran figurativos ya que representaban cosas reconocibles como animales o partes del cuerpo.
Una de las herramientas que se ha utilizado para poder descifrar el sistema jeroglífico utilizado por los egipcios no es otra que la Piedra de Rosetta. El egiptólogo francés Jean-François de Champollion y el científico inglés Thomas Young fueron los dos personajes que consiguieron descifrar dicho documento, descubierto en 1799, que se componía de tres tipos de escritura: jeroglífica, griega uncial y demótica.
Clasificación según el tipo
Tenemos que subrayar la existencia de diversos tipos de jeroglíficos. Así, en primer lugar, nos encontramos con los llamados bilíteros que son aquellos que su trasliteración se compone de dos consonantes.
Por otra parte, están los jeroglíficos trilíteros que, como su propio nombre indica, son los que su trasliteración contiene tres consonantes. Y luego están los jeroglíficos que contienen más de tres consonantes.
Los jeroglíficos solían ser grabados en piedra, tallados en madera o escritos con tinta sobre papiros. Sus contenidos incluían textos religiosos, comunicados oficiales o fórmulas para rituales, por ejemplo.
De los jeroglíficos egipcios al alfabeto fenicio
Algunos investigadores creen que los jeroglíficos egipcios sirvieron de influencia al alfabeto fenicio, que fue la fuente del alfabeto hebreo, griego y arameo. Estos alfabetos, a su vez, constituyen la base original del alfabeto latino y cirílico.
Además de todo lo expuesto tenemos que dejar patente que el último documento que se ha descubierto realizado con escritura jeroglífica es una inscripción en el templo de Isis, en la ciudad de File, y más concretamente en la puerta del emperador Adriano. Se calcula que dicha grabación fue realizada en el año 394.
Un pasatiempo o algo difícil de interpretar
Los jeroglíficos modernos están formados por signos y figuras que se utilizan a modo de pasatiempo o juego de ingenio.
La respuesta a una pregunta previa es la que se suele responder al resolver el jeroglífico en cuestión que además puede estar formado también por notas musicales, números, letras, representaciones de objetos de la vida diaria…Entre los principios expertos en la realización de este tipo de pasatiempo destaca la figura del madrileño Pedro Ocón de Oro que es conocido por haber sido el inventor de la sopa de letras, el cuadrograma o el oconograma.
Un jeroglífico, por otra parte, es una escritura o apunte difícil de interpretar: «No entiendo el jeroglífico que me dejaste sobre la mesa», «Leo los textos de este filósofo y me parecen jeroglíficos», «Tu caligrafía es indescifrable: explícame qué quiere decir el jeroglífico que entregaste durante la última clase, por favor».