Una lámpara es un aparato que actúa como soporte de una o más luces artificiales. Puede tratarse de un objeto colgante o sostenido sobre una base o un pie. Por ejemplo: “Ayer compramos una lámpara nueva para la mesita de la sala”, “Se quemó la bombilla de la lámpara del living”, “Me levanté medio dormido y me choqué contra la mesa de luz, tirando la lámpara al piso”.
Las lámparas, por lo tanto, son utensilios que permiten que los dispositivos generadores de luz (conocidos como bombillas, focos, bombitas, ampolletas o incluso como lámparas) se conecten a la red eléctrica. Cumplen, de todas formas, con otras funciones, ya que distribuyen la luz emitida por la bombilla (evitando el deslumbramiento) y sirven como decoración.
Tipos de lámpara
Es posible distinguir entre una amplia variedad de lámparas, entre las que se encuentran las siguientes: las de pie (son aquellas que se apoyan en el piso); las de techo (cuelgan desde lo alto, generalmente desde el cielo raso); las de mesa (se ubican sobre distintos tipos de mesas y escritorios).
Una lámpara de pie, por ejemplo, está formada por dicho pie (la base o soporte); un brazo (que es flexible en algunos modelos); y una pantalla o tulipa (atenúa la iluminación y difumina la luz). Esta estructura, por supuesto, puede cambiar de acuerdo al tipo de lámpara y a la creatividad de los diseñadores.
Función decorativa
No todas las lámparas se utilizan específicamente para iluminar un ambiente, y la de lava es un claro ejemplo, ya que su función principal es la decoración. A simple vista, suele mostrar una forma similar a la de un cono, con gran parte de su estructura transparente, de manera que se pueda ver su interior, donde fluyen constantemente gotas de cera que se forman aleatoriamente y que aparentan el flujo de la lava.
La primera lámpara de lava data del año 1963 y fue creada por Edward Craven-Walker, un ex piloto de origen inglés, quien en un principio la llamó «Astro lámpara». Dos años más tarde, en Hamburgo, la presentó en una feria local y allí un empresario se mostró tan interesado en el peculiar dispositivo que, junto con un socio, decidió comprar los derechos para distribuirlo en el continente americano bajo el nombre de «Lava Lite» (luz de lava).
Durante la década de 1970, la lámpara de lava gozó de una gran popularidad, y en la actualidad es posible conseguirla a precios muy accesibles en tiendas de artículos de regalo, bazares y mercadillos, en una amplia variedad de modelos y colores.
La explosión de una lámpara de lava
En el año 2004, una noticia de muerte manchó la reputación de la lámpara de lava: un hombre procedente de Kent, Washington, se encontraba observando su lámpara, la cual había posado sobre una estufa encendida, cuando de pronto el aumento de presión producido por el calor hizo que explotase; uno de los tantos trozos de cristal que salieron disparados en todas direcciones fue a parar al corazón de su dueño, produciéndole una herida mortal.
Dos años más tarde, la serie de televisión conocida como «Cazadores de Mitos», también estadounidense, intentó reproducir la trágica escena, y llegó a la conclusión de que los trozos de vidrio no pueden causar una herida de muerte, aunque el líquido sí puede producir quemaduras importantes a quien se encuentre alrededor de la lámpara. Mito o realidad, no se aconseja dejar ningún electrodoméstico encima de una estufa encendida.
Otras acepciones del término
Existen otros usos de la noción de lámpara que no tienen que ver con la iluminación.
Una lámpara puede ser una mancha grande que se produce en la ropa o, en algunos países (también conocida como lamparón), una persona astuta o un sujeto en el que no se puede confiar.