El liderazgo ético exige altruismo, compasión y generosidad.
El liderazgo ético es aquel que se ejerce de acuerdo a valores y principios morales. De este modo, se basa en acciones y decisiones que se consideran correctas o justas según la ética.
La honestidad, la integridad, la transparencia y la responsabilidad rigen un liderazgo ético. El líder actúa con respeto, humildad y empatía, tratando de evitar los conflictos y los considerando los intereses y las necesidades de todos los integrantes de su equipo y de quienes no forman parte de la entidad.
Cabe destacar que la idea de liderazgo refiere al desarrollo de las actividades que corresponden a un líder (aquel que ejerce la conducción de un grupo de personas o de una entidad). El término también alude a la condición, el estatus o la posición de líder. El adjetivo ético, en tanto, permite calificar a aquel o aquello que es íntegro o recto.
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ResumenCaracterísticas del liderazgo ético
El liderazgo ético se sustenta en preceptos aceptados y reconocidos en el interior de la organización pero también en la comunidad en general. Así, el líder desarrolla y promueve comportamientos adecuados y condena las conductas incorrectas.
Quien lleva adelante un liderazgo ético busca conducir a través del ejemplo. Esto supone que, más allá de sus expresiones, pretende marcar el camino con sus propios actos.
Suelen resumirse los principios de este tipo de liderazgo con un acrónimo en lengua inglesa: FATHER (es decir, PADRE). Dicho acrónimo se forma con las palabras Fairness (Equidad), Accountability (Responsabilidad), Trust (Confianza), Honesty (Honestidad), Equality (Igualdad) y Respect (Respeto):
- Equidad: Implica dar a todos idéntico trato ante una misma situación. Por lo tanto, supone dejar de lado los favoritismos y los privilegios.
- Responsabilidad: El líder ético asume las consecuencias de sus acciones y decisiones, tratando siempre de anticiparse a los efectos negativos para prevenirlos o minimizarlos.
- Confianza: La ética en el liderazgo también se aplica brindándole apoyo a los miembros del equipo y creyendo en sus capacidades.
- Honestidad: Se asocia a expresarse con franqueza y autenticidad.
- Igualdad: El liderazgo ético no da lugar a la discriminación.
- Respeto: Desenvolverse con cortesía y consideración es uno de los pilares de este liderazgo.
La inteligencia emocional es clave en el liderazgo ético.
Sus beneficios
El liderazgo ético genera beneficios en diferentes niveles de la empresa. En un sentido amplio, esta clase de conducción contribuye a la construcción de un entorno laboral positivo, lo cual genera desde un mejor clima hasta una mayor productividad.
Es habitual que se resalte el bienestar que aporta un liderazgo ético, tanto individual como grupal. Cada empleado tiende a sentirse valorado y así crecen la satisfacción en el trabajo y la motivación. Como grupo, se potencia la cooperación y el trabajo en equipo.
Otra ventaja del liderazgo ético es que promueve la lealtad, tanto de los empleados (hacia el líder y hacia la organización) como de los clientes (que, más allá de las características de los productos, demandan prácticas éticas y quieren identificarse con los valores corporativos).
La atracción de talentos e inversionistas también forma parte de los aportes del liderazgo ético a las empresas. Esto está asociado al impacto positivo en la imagen corporativa.
El liderazgo ético requiere, cuando es necesario, la denuncia de irregularidades.
Características de los líderes
Los líderes éticos deben contar con ciertas características para cumplir con su misión. Si bien hay rasgos innatos que resultan importantes, es posible desarrollar y potenciar determinadas facultades y capacidades.
Contar con dotes para la comunicación resulta esencial. El líder debe estar capacitado para entablar diálogos fructíferos y tiene que desarrollar una escucha activa. Asimismo debe saber transmitir sus ideas e instrucciones con claridad.
Otra cualidad indispensable es el control del estrés. Para dirigir equipos y tomar decisiones se requiere una gestión adecuada de la presión, así como para intervenir en situaciones de conflicto. Quien asume el ejercicio de un liderazgo ético no debe perder la calma y tiene que estar preparado para favorecer un clima de armonía y respeto.
Esa calma, por supuesto, no implica pasividad ni indiferencia. El líder tiene que actuar con firmeza y coherencia ante una violación del código de ética de la empresa o de los valores de la cultura organizacional. La gestión ética exige aplicar sanciones y tomar medidas drásticas cuando corresponde.
Ejemplos de liderazgo ético
Un ejemplo de liderazgo ético lo dio el director ejecutivo de Starbucks, Kevin Johnson, en 2018. El caso se desarrolló cuando dos hombres afroamericanos ingresaron a una cafetería en Filadelfia y solicitaron utilizar el baño. El gerente les indicó que el uso era exclusivo para clientes, con lo cual se sentaron a esperar a un amigo antes de realizar su pedido. Frente a esta situación, el gerente de Starbucks llamó a la policía, acusando a los individuos de permanecer en el lugar sin autorización. De este modo, ambos hombres fueron arrestados y luego fueron liberados sin cargos.
Al tomar conocimiento de la situación, que tuvo una amplia repercusión, Johnson despidió al gerente por su comportamiento racista, se disculpó con las víctimas y decidió poner en marcha una capacitación destinada a todos los empleados para evitar los prejuicios raciales. Así, la cadena cerró por un día 8.000 sucursales para proceder a la formación de 175.000 trabajadores, perdiendo unos 12 millones de dólares en ganancias. A través de su liderazgo ético, Johnson envió un fuerte mensaje a la plantilla de Starbucks y a toda la sociedad estadounidense.
El director ejecutivo de la línea aérea JetBlue, David Neeleman, dio otro ejemplo de liderazgo ético en 2007. En el medio de una tormenta de nieve, la compañía envió nueve aviones a la pista del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, confiando en que las condiciones meteorológicas mejorarían. Sin embargo, eso no ocurrió y los pasajeros aguardaron en vano más de 5 horas en las aeronaves. Los empleados, a su vez, trabajaron horas extra y agotaron el tiempo disponible para desempeñarse en las próximas salidas. Ante este panorama, la empresa se vio obligada a cancelar más de 1.000 vuelos en las siguientes jornadas.
Neeleman optó por asumir la responsabilidad, pidió disculpas a los usuarios y dio a conocer una Carta de Derechos del Cliente que JetBlue se comprometía a respetar. El directivo prefirió no escudarse en el clima y demostró un liderazgo ético para superar la crisis.
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