La noción de lima tiene varios usos. Cuando procede del árabe hispánico lima (a su vez derivado de līmah), el término alude al fruto del limero.
Este árbol, que pertenece al grupo familiar de las rutáceas, es nativo de Persia y puede alcanzar una altura de hasta cinco metros. La lima, su fruto, es pequeña, de aroma intenso y color verde.
Las limas son muy ácidas. Por eso su jugo (zumo) suele consumirse endulzado con azúcar. La cáscara de la lima, en tanto, se ralla y se la emplea en la repostería para aromatizar diversas elaboraciones.
Si el concepto de lima proviene del latín lima, en cambio, hace referencia a un instrumento que se usa para alisar y desgastar superficies duras. Se trata de una herramienta de acero con estrías en uno o dos sentidos.
Con la lima es posible realizar el pulido de metales y otros materiales. Lo que se hace es frotar los dientes de la lima, que dispone de un mango o empuñadura en su sector posterior, contra aquello que se pretende desgastar o afinar.
Existen limas para joyería, limas para uñas, limas para metales y otras clases de lima. Las características de cada una varían según su finalidad.
El coste de la lima de metal es relativamente bajo pero se trata de una herramienta muy útil para moldear y suavizar superficies de metal o plástico duro con mucha precisión. Además, dura muchos años antes de deteriorarse de manera considerable. Con ella es posible el limado cruzado y transversal, además del mantenimiento de las superficies.
Una vez que tenemos la lima adecuada para el tipo de material sobre el que debemos trabajar, se recomienda planificar la tarea y hacer marcas en las zonas que necesitamos alisar, por ejemplo. Debemos asegurarnos de que la lima sea más dura que la superficie para que no se estropee. Del mismo modo, no debemos usar limas con incrustaciones de diamante para tratar superficies suaves, para evitar que se rasguen los diamantes.
Antes de cada sesión, es importante limpiar la lima para eliminar cualquier resto del trabajo anterior, así como el polvo que se haya juntado entre sus dientes. Si la suciedad es difícil de quitar, podemos ayudarnos con un cepillo de cerdas duras o cualquier otra herramienta que nos sirva para dejar la lima «como nueva».
Si queremos disminuir la fricción con el objetivo de realizar un limado más suave, podemos aplicar aceite o manteca sobre la lima. Esto también reduce considerablemente el volumen de polvo metálico que se desprende; como resultado, el entorno es menos nocivo para nuestros pulmones y la posterior limpieza de la lima se vuelve más fácil. Como si fuera poco, estos productos también protegen la herramienta y el objeto contra el óxido.
Otro truco para conseguir que la lima no se atasque con facilidad es frotar sus dientes con un trozo de tiza. El objeto a limar debe estar bien firme, para lo cual se lo suele sujetar a una mesa de trabajo; si vibra durante el proceso de limado, el resultado no será muy bueno.
Se trabaja a lima cruzada para retirar el exceso de material. A lima transversal, en cambio, es una buena opción para conseguir un buen acabado. Es común alternar entre estas dos técnicas en un mismo objeto.
Lima también es el nombre de varias ciudades y otras divisiones administrativas. La más conocida es la capital de Perú, una localidad que se desarrolla junto al océano Pacífico.
Lima, por último, es un apellido bastante usual en América Latina. Un cantor y poeta uruguayo, un beisbolista dominicano y una modelo brasileña, por citar algunos casos, se apellidan Lima.