La limerencia es un estado mental que se caracteriza por los pensamientos obsesivos derivados del deseo de mantener una relación romántica con alguien. El término, que no está incluido en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), procede del vocablo inglés limerence, propuesto por la psicóloga estadounidense Dorothy Tennov a fines de la década de 1970.
Condición involuntaria
La limerencia es una condición psíquica involuntaria que puede desarrollar una persona que se siente atraída sentimentalmente por otra y experimenta la necesidad de ser correspondida de igual modo. Este estado puede enmarcarse en un trastorno obsesivo-compulsivo.
El individuo con limerencia desarrolla una conducta invasiva y compulsiva a partir de la reciprocidad emocional que requiere por parte del otro. Hay un deseo desmedido por el bienestar del ser amado, de quien se minimiza lo negativo y se resalta lo positivo.
Hay psicólogos que explican la limerencia como un trastorno que se produce cuando del enamoramiento se pasa a la obsesión. Los pensamientos obsesivos atentan contra el bienestar e incluso pueden afectar el desarrollo de las actividades cotidianas.
Es importante tener en cuenta que la limerencia, a diferencia del enamoramiento, nunca es recíproca. Además de la obsesión, la limerencia contempla un sentimiento de soledad y el miedo al rechazo.
Actitudes y comportamientos típicos
La limerencia se caracteriza por una serie de actitudes y comportamientos que son típicos de este estado emocional intenso y obsesivo hacia otra persona. Si bien pueden variar de un individuo a otro, veamos algunos ejemplos a continuación:
- obsesión por la persona amada: pensamientos constantes y obsesivos. Pueden pasar gran parte de su tiempo pensando en la otra persona, imaginando situaciones románticas o idealizándola;
- deseo intenso de reciprocidad: los limerentes anhelan fervientemente la reciprocidad de sus sentimientos por parte de la persona amada. Su felicidad y bienestar emocional dependen en gran medida de obtener una respuesta positiva;
- idealización y sobrevaloración: este estado suele conducir a la idealización de la persona amada, viéndola como perfecta y creando una imagen distorsionada de la realidad;
- búsqueda de proximidad y atención: los limerentes desean estar cerca de la persona amada tanto física como emocionalmente. Pueden buscar oportunidades para interactuar con ella, buscar su atención y afecto, y experimentar un profundo anhelo cuando están separados;
- celos y posesividad: celos intensos hacia cualquier persona que se perciba como una amenaza para su conexión con la persona amada. Pueden sentirse amenazados por la atención o el interés de otros hacia ella, lo que puede generar inseguridad y malestar emocional.
Efectos físicos
La limerencia, además de los componentes psicológicos, puede tener efectos físicos muy particulares, como ser los siguientes:
- aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial: la limerencia puede desencadenar una respuesta fisiológica de excitación, lo que puede resultar en cambios más notables durante los encuentros o pensamientos intensos sobre la persona objeto de la limerencia;
- activación del sistema de recompensa cerebral: la limerencia involucra la liberación de neurotransmisores como la dopamina, que están asociados con la sensación de placer y recompensa. Esto puede llevar a una sensación de euforia y felicidad cuando se está cerca o se piensa en la persona amada;
- cambios en la respuesta hormonal: durante la fase inicial de la limerencia, se ha observado un aumento en los niveles de hormonas como la oxitocina, conocida como la «hormona del amor», que está asociada con la formación de vínculos emocionales y la intimidad;
- alteraciones en el sueño y el apetito: la limerencia intensa puede tener un impacto en los patrones de sueño y apetito. Algunas personas pueden experimentar dificultad para conciliar el sueño, insomnio o cambios en el apetito debido a la excitación y la obsesión asociada con la limerencia;
- sensaciones físicas de ansiedad o nerviosismo: la limerencia puede generar una serie de respuestas físicas asociadas con la ansiedad, como mariposas en el estómago, sudoración, manos temblorosas, tensión muscular y dificultad para concentrarse. Estos síntomas son el resultado de la activación del sistema nervioso simpático debido a la intensidad emocional de la limerencia.