Un lince es un animal mamífero que forma parte del grupo de los félidos. Se trata de una especie cuyo cuerpo está recubierto de un pelaje de tonalidad rojiza con manchas de color oscuro.
Como todos los félidos, el lince es digitígrado (se desplaza apoyando solo los dedos) y carnívoro (su dieta se basa en el consumo de carne). La cabeza de forma redondeada, la cola corta y las orejas que finalizan en punta son otros de sus principales rasgos.
En la actualidad se reconocen cuatro especies de linces, todas ellas originarias del hemisferio norte. Ellas son el lince rojo (de nombre científico Lynx rufus), el lince ibérico (Lynx pardinus), el lince canadiense (Lynx canadensis) y el lince eurasiático o boreal (Lynx lynx).
Las tonalidades de su pelaje, por otro lado, no son iguales en todas las especies y subespecies. Por ejemplo, en el caso del lince canadiense y del euroasiático, se encuentra entre el pardo y el amarillento; en invierno, además, se vuelve más largo y adopta una tonalidad grisácea.
Con respecto al lince ibérico, su pelaje es pardo, o sea que se aproxima al marrón. El nombre del lince rojo nos dice que su manto es rojizo, pero también se combina con el color pardo. Todas estas especies exhiben manchas y rayas, con una densidad que varía en cada individuo.
El tamaño del lince también es diferente en cada especie. La más grande de las cuatro es la euroasiática; su peso puede rozar los treinta kilogramos. La más pequeña, por otro lado, es la ibérica, con un peso que pocas veces alcanza los veinte kilogramos.
Los linces habitan en zonas boscosas. Suelen alimentarse de roedores, aunque también pueden tener como presas a pequeños ciervos e incluso a pájaros.
Cabe destacar que, mientras que las poblaciones del lince rojo, el lince canadiense y el lince eurasiático son amplias, el lince ibérico es un animal que se encuentra en riesgo de extinción. Esto se debe a una serie de motivos, como la desaparición de su hábitat, la caza furtiva y la disminución de su base alimenticia.
No sólo los números de las otras tres especies son altos, sino que su distribución es muy favorable. Con respecto al lince ibérico, además de estar en riesgo de extinción se considera el felino más amenazado del mundo; de hecho, es el único que se encuentra en la Categoría 1 de la Lista Roja elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la más preocupante de todas.
Para hablar en número específicos, la población del lince ibérico se cuenta en unos pocos centenares, los cuales se reparten en regiones pequeñas del suroeste ibérico. Lamentablemente, los programas de cría en cautividad no compensan el constante declive que el ser humano continúa causando a esta especie.
Con respecto a la evolución del lince, diversos estudios de tipo genético y paleontológico apuntan a que los antecesores de este grupo atravesaron una divergencia hace aproximadamente seis millones de años en diversas partes de América del Norte, y luego se extendieron por toda Eurasia.
Las cuatro especies de lince no ofrecen una situación filogenética especialmente clara; la más aceptada de todas las hipótesis acerca de sus antepasados nos dirige a la especie fósil llamada Linx issiodorensis, que se descubrió en China. Al parecer, el lince rojo se separó pronto de la raíz, mientras que las tres restantes aparecieron mucho tiempo después.
La idea de lince también se emplea de manera simbólica en el lenguaje coloquial. Al individuo que se caracteriza por su sagacidad o por su buena vista se lo suele llamar lince. De igual forma, la expresión «vista de lince» alude a quien dispone de un sentido de la visión de gran agudeza.