El concepto de locución, derivado del vocablo latino locutio, alude a la acción y el modo de hablar: pronunciar palabras, comunicarse a través de ellas. La noción suele aparecer en el ámbito de los medios de comunicación y en el terreno de la gramática.
Expresión por voz
En el caso de los medios de comunicación, la locución se asocia a la expresión a través de la voz. Se llama locución, en este marco, a la carrera que estudian quienes desean usar la voz en radio, televisión, medios digitales y con público en vivo.
Al experto en locución se lo conoce como locutor. Se trata de un profesional que, gracias a su formación y a la práctica, sabe cómo emplear la voz para comunicar con precisión, transmitiendo las emociones que desea según cada necesidad.
Muchos de los conductores de radio y TV son especialistas en locución. También lo son quienes animan distintos eventos e incluso, en ocasiones, aquellos que trabajan en el campo del doblaje. El uso de la voz a nivel profesional exige la combinación de la respiración, la colocación y la elección de la tesitura para alcanzar los mejores resultados posibles.
Respirar de forma correcta es necesario para evitar que el aire roce las cuerdas vocales con demasiada fuerza; es necesario dejarlo salir de forma gradual, para extender su utilidad y proteger el aparato fonador. Colocar la voz significa hacer uso de los resonadores, las cavidades óseas, para proyectarla de manera que logremos mayores niveles de brillo, volumen e intensidad con el menor esfuerzo posible. La tesitura es la región de la voz en la que más cómodos nos sentimos; usar la que nos corresponde es otra manera de potenciar su calidad y cuidar de su salud.
En gramática
En la gramática, por otra parte, las locuciones son conjuntos de palabras que, al funcionar como una única pieza léxica, tienen un sentido unitario. Además se llama locución a la combinación estable de diferentes vocablos que constituye una clase particular de palabras.
Las locuciones, en este sentido, actúan como una unidad que dispone de significado propio. Dicho significado no proviene del sentido literal de los términos que la componen.
Locuciones adverbiales
Las locuciones adverbiales, por ejemplo, resultan similares a los adverbios en cuanto a su significado o su funcionamiento sintáctico. Por lo general, cuentan con una estructura de construcción preposicional, es decir que están formados por una preposición que hace las veces de núcleo sintáctico y asigna caso a otro sintagma, que viene a continuación.
Además, es normal que cumplan la función de adverbios de modo, como ser a cuatro manos, a temperatura media o por casualidad. Otra característica es que se pueden reemplazar por adverbios: de nuevo es una locución que equivale a nuevamente.
Locuciones adjetivas
Para expresar el significado de un adjetivo mediante una serie de palabras se recurre a la locución adjetiva (o adjetival). Normalmente, se usan junto a los sustantivos para modificarlos: un hombre de pocas palabras, un número al azar, una casa de ensueño.
Locuciones sustantivas
Las locuciones sustantivas tienen el comportamiento gramatical de los sustantivos. Por lo general, el significado que designan no es la mera suma de sus partes: cortina de humo, por ejemplo, no tiene un significado literal, así como tampoco lo tiene mosquita muerta.
Locuciones verbales
En el caso de las locuciones verbales, estamos ante sintagmas verbales plenos (que tienen un significado completo por sí mismos) o parciales (que necesitan de otras palabras para completarse). En el primer grupo tenemos ejemplos como hacer el bien y meter la pata, mientras que en el segundo están tomar de punto y hacer añicos.