La noción de voz de mando se emplea para nombrar a la autoridad y la facultad de liderazgo que dispone alguien sobre sus subordinados. Quien tiene la voz de mando en una entidad, puede dar órdenes a otros individuos.
Lo habitual es que la idea de voz de mando se utilice en el ámbito militar. En este contexto, la voz de mando son las órdenes que el oficial superior transmite, ya sea de manera escrita u oral, a sus inferiores. La voz de mando puede ser preventiva (para llamar la atención del subordinado y anticipar aquello que se va a realizar) o ejecutiva (ordena la acción en cuestión).
Ejemplo de voz de mando
El ejemplo clásico de voz de mando en una organización militar es el siguiente: «Atención… ¡firmes!». En este caso, el superior primero pronuncia la voz de mando preventiva, avisando al subordinado que debe estar preparado para ejecutar una acción.
Segundos después, expresa la voz de mando ejecutiva que, efectivamente, obliga al subordinado al desarrollo de la acción. El resultado de esta voz de mando es que el soldado debe adoptar la posición de firme.
El orden cerrado
Esta definición dentro del ámbito militar se ubica en el contexto de otro concepto, el de orden cerrado, que puede definirse como la instrucción que un militar al mando da a sus subordinados para que se desplacen dentro de un campo de batalla, o bien en otro sitio si una determinada situación justificase dicha movilización del grupo de soldados.
Es importante señalar que el cambio de posición se refiere al conjunto en su totalidad, ya que la formación en sí debe mantenerse; en otras palabras, no se trata de un movimiento que los lleve a desbandarse, sino de un cambio de ubicación de forma ordenada.
Las voces de mando son esenciales para el orden cerrado, tanto como las indicaciones de un director de orquesta lo son para que las decenas de músicos que pueden llegar a integrarla sigan un hilo y ejecuten sus instrumentos todos a la misma velocidad, siguiendo el mismo ritmo.
Voz de mando y liderazgo
Sobra mencionar que no cualquier persona goza de la capacidad para asumir un rol como éste: transmitir las voces de mando no es tan sencillo como repetir frases previamente memorizadas para cada tipo de situación, sino que exige una predisposición natural al liderazgo y un ímpetu que solamente algunos pueden desplegar.
Entre los casos en los que el pueblo puede presenciar el funcionamiento y la dinámica de la voz de mando se encuentran los desfiles típicos de eventos destinados a conmemorar una guerra o la declaración de la independencia de un país.
Lejos de tratarse de una simple coreografía con finalidades estéticas, el nivel de sincronía que persigue el orden cerrado a través de la voz de mando tiene como principal objetivo preparar a los soldados para actuar de forma coordinada en el campo de batalla, enseñarles a reaccionar rápida y efectivamente cuando reciben una orden para garantizar la seguridad de todo el equipo y el éxito de las diferentes estrategias.
El concepto en el lenguaje coloquial
En el lenguaje coloquial, se asocia el concepto de voz de mando a quien dispone de la capacidad de impartir instrucciones. Así como en el ejército, la voz de mando en este sentido también implica una forma de ser que inspire respeto; no basta con ocupar un puesto importante para conseguir que otra persona responda a nuestras órdenes.
Veamos algunos ejemplos en este contexto: «Apenas ingresó al campo de juego, el experimentado defensor asumió la voz de mando y comenzó a indicarles a sus compañeros dónde debían ubicarse», «Hija, en el futuro voy a darte la voz de mando de esta compañía, pero quiero que estés preparada para asumir la responsabilidad«.
Voz de mando, por último, es el nombre de una banda musical de origen mexicano.