La idea de lontananza, que procede de la lengua italiana, se utiliza en el terreno del arte para aludir a los términos de una pintura que se hallan alejados del plano principal. El concepto refiere a los límites del fondo de una obra.
Por extensión, el término se usa con referencia a cosas que se distinguen o se advierten con dificultad ya que se sitúan muy lejos. Así surgió la locución adverbial “en lontananza”, empleada como sinónimo de “a lo lejos”.
Por ejemplo: “El sol se veía en lontananza, como un punto brillante perdido en el horizonte”, “Al llegar a la cima de la montaña, pudimos ver la ciudad en lontananza”, “Con la mirada perdida en lontananza, el hombre bebió durante horas”.
Es habitual que la noción se utilice respecto a la vista. Un edificio en lontananza, por mencionar una posibilidad, es una construcción que se puede ver a una gran distancia.
El vocablo, de todos modos, puede aparecer asociado a otros sentidos: “Escuché un grito en lontananza y supuse que alguien se encontraba en problemas”, “Los tambores en lontananza daban cuenta que, en la tribu, el ritual estaba en marcha”, “El ruido de una aeronave en lontananza sorprendió al niño”.
Lontananza también tiene una acepción simbólica: “De acuerdo a algunos analistas políticos, pueden vislumbrarse en lontananza las intenciones del presidente de postularse para un nuevo mandato a pesar de los problemas económicos y sociales del país”, “Se atisba en lontananza un deseo de cambiar la realidad…”, “El entrenador percibió en lontananza un cierto hastío de sus jugadores y tomó la decisión de dar un paso al costado”.
Una de las particularidades más evidentes de esta palabra es que no se usa en el habla cotidiana, sino que se reserva casi exclusivamente para el ámbito literario y el periodismo más elevado. Sus diferentes significados pueden expresarse mediante algunos de sus sinónimos, como ser lejanía, alejamiento o distancia, además de las expresiones que sirvan para reemplazar en lontananza, como ser en la distancia.
Como se menciona más arriba, la idea de lontananza hace referencia a una distancia considerable entre el objeto que se desea señalar y otro que también resulta de gran importancia para el mensaje, o bien entre dos sujetos que por diversos motivos se encuentran separados en el momento de la conversación. Los matices en cada caso pueden ser diferentes, y expresar varios grados de subjetividad, que presenten la distancia como un concepto con ciertas connotaciones positivas o negativas, más allá de las cuestiones propias de una medición matemática.
Comencemos por analizar el primer ejemplo de este artículo: se habla del sol en lontananza, una descripción que podría resultar innecesaria si la oración no tuviese un carácter literario, ya que sabemos que este astro se encuentra a una gran distancia de nuestro planeta sin excepciones. Sin embargo, señalar la distancia en este caso puede servir para recordar que a pesar de encontrarse lejos, no dejaba de brillar; esta idea provoca un efecto que anula la importancia de la distancia, por así decirlo.
El siguiente ejemplo menciona una ciudad en lontananza; en este caso puede no haber connotaciones subjetivas, aunque dado que se trata de la visión de quien ha escalado una montaña también puede denotar la sensación de logro o victoria ante la altura, el hecho de haber dejado atrás el pasado o el punto de partida. Luego se habla de «la mirada perdida en lontananza», una expresión que no describe de manera objetiva el foco de los ojos del sujeto, sino que hace alusión al hecho de que no estuviera prestando atención a su entorno, como si mirara más allá de las paredes, cosas que no fueran evidentes para los demás.